Estos “nuevos movimientos”, que cuentan con más de tres décadas de existencia, son ya clásicos en la actualidad, se ven como tradicionales e, incluso, con un marcado carácter institucional y conviven con los más recientes. En los años noventa ya surgió una nueva generación de asociaciones, los movimientos de solidaridad internacional y de voluntariado, movimientos en torno al 0,7% y las llamadas ONGD (organizaciones no gubernamentales de cooperación al desarrollo), las nuevas asociaciones que trabajaban con población inmigrante y para sectores sociales excluidos.
Organización de la obraLos diez capítulos del libro los podemos agrupar en tres partes o bloques. La primera incluye solo la Introducción y el primer capítulo, y consiste en una amplia incursión conceptual y de aproximación a las teorías, con una exposición de las escuelas o corrientes de pensamiento más significativas sobre los Movimientos Sociales. La segunda parte incluye los capítulos 2 al 5 y recorre la evolución del asociacionismo, principalmente el español, desde los años sesenta hasta la primera década del siglo, prestando una especial atención al movimiento ciudadano. Finalmente, en la tercera parte podemos agrupar los capítulos 6 al 10, en los que nos centramos en la descripción y análisis de los movimientos de indignados, el 15M y sus “hijos metodológicos” (mareas ciudadanas, la PAH y otros), incluida la investigación con observación participante de dos ejemplos significativos, la Sierra madrileña y Vallecas.
La obra, por tanto, se sitúa en diferentes niveles y se han utilizado diferentes métodos y técnicas. Por un lado se tratan algunas de las teorías internacionales más conocidas sobre los movimientos sociales y el Tercer Sector (o non profit organizations), para crear un “marco de comprensión” que nos permita situar y utilizar unos conceptos concretos que nos faciliten el acercamiento a la realidad que queremos analizar, a partir de los textos de los diferentes autores. Esta primera parte se la puede saltar el lector con prisas que quiera sumergirse directamente en la historia reciente.
En segundo lugar, nos centramos en España y elaboramos una breve pero ambiciosa historia de los movimientos sociales más significativos del último medio siglo y, con especial atención, en la región metropolitana madrileña, donde hemos realizado el principal trabajo de campo directo, en diferentes épocas. Hemos utilizado las técnicas de la entrevista y del grupo de discusión, el análisis de textos sobre documentos originales (publicaciones municipales, de jornadas y encuentros, documentos de asociaciones y de movimientos sociales) y, finalmente, la observación participante.
Hay que tener en cuenta que, visto el resultado, en el conjunto se dedica más espacio a unas décadas que a otras. Se presta más atención a la evolución de los movimientos sociales, al asociacionismo y a la participación ciudadana de las décadas de los años 70 y 80 del pasado siglo, y, en algunos años, a su relación con la transición política a la democracia y a los cambios políticos posteriores. En general, se le dedica más espacio a los movimientos ciudadanos urbanos que a los movimientos sindicales. Se presta más atención, decíamos, a estas décadas que al resto, especialmente a las de 1990 y 2000 que, comparativamente, ocupan menos espacio. Volviendo luego a extendernos con detenimiento en los movimientos a partir de 2011.
El motivo principal es que consideramos que los movimientos sociales han tenido una importancia política y social en España mayor en unas décadas que en otras. Es evidente que los años setenta-ochenta y los años 2011-14 casi seguro habrán sido los de mayor protagonismo de los movimientos sociales en todos los aspectos de nuestra vida pública.
El segundo motivo también es confesable: consideramos que las primeras décadas son comparativamente menos conocidas y por eso los estudios realizados en su momento (y que nunca fueron publicados) adquieren un mayor valor histórico y merecían ocupar un amplio espacio en esta obra.Evidentemente la división en décadas es algo artificial, la Historia (con mayúsculas) no entiende de cifras exactas, aunque nos empeñemos en usarlas, pero es una forma de facilitar el análisis de procesos que son de cambio constante. También es cierto que algunos acontecimientos importantes para el asociacionismo y los movimientos sociales han coincidido con cada cambio de década, lo cual también facilita esa división: 1979, primeras elecciones democráticas municipales en España; 1989, caída del muro de Berlín; 1999, primera exitosa movilización internacional de los movimientos antiglobalización en Seattle; y 2011, primaveras árabes, indignados y el 15M.
Además de estas circunstancias, también es conocido que cualquier estudio selecciona e investiga unos temas más que otros. Evidente que la elección de unos movimientos más que otros no es casual. Eduardo Romanos cita unas certeras palabras de Francesca Polleta para explicarlo, en un foro de discusión sobre los movimientos “incómodos” (awkward):
“estos es, movimientos ilegales, violentos o ideológicamente alejados, cuya composición, metas o tácticas dificultan de alguna manera su estudio. En este sentido Polletta daba un interesante toque de atención a su propio gremio: ‘Muchos de nosotros estudiamos movimientos sociales progresistas porque abrazamos sus metas. De hecho, algunos de nosotros alternamos el mundo de la academia y del activismo. Es duro dedicar el tiempo y la energía a grupos que uno encuentra ideológicamente nocivos’ (2006:475).” (Romanos, E. 2011).Utilidad
¿Qué utilidad puede tener esta obra para los propios movimientos sociales? Como dice Tomás R. Villasante “a los movimientos sociales no les suele interesar tanto que los clasifiquen, y sí les suele interesar más que les aporten claves para poder interpretarse a sí mismos y ser más operativos” (Villasante, 2014:131). La manía que solemos tener los sociólogos y otros investigadores sociales de clasificar, categorizar, etc. tal vez puede ser explicada porque, a semejanza de las ciencias de la naturaleza, es una manera fácil de empezar una investigación. Tratar primero de representar el “mapa” de lo que hay, antes de empezar a ver las conexiones, las redes... y aportar explicaciones. Según avanzamos en lo que estamos investigando vamos colocando cada pieza en un sitio. Así luego podremos decir que hay mucho de esto, poco de lo otro, redes y movimientos aquí y no allá.En esta obra hemos intentado dedicar poco espacio a estas disquisiciones clasificatorias. Es un trabajo principalmente histórico y descriptivo. Pero sí nos hemos ido parando en los análisis y trabajos secundarios que reflexionaban sobre los propios movimientos en cada momento y en los pensamientos que aportan en muchos casos un autoanálisis reflexivo, autorreferencial, de protagonistas directos de asociaciones y movimientos sobre sus propias entidades, formas de participación y de activismo; buscando así algunas de esas claves que sean útiles para auto-interpretarse y mejorar o cambiar. Su utilidad será relativa: muchas de las opiniones y reflexiones son sobre entidades que ya no existen o que en la actualidad son muy diferentes (como las Asociaciones Vecinales). Pero pensamos que analizar adecuadamente el pasado será útil para nuestro futuro.
[extracto de la Presentación de obra citada. En próximas entradas de este blog iremos publicando algunas partes significativas del libro]