Hace poco que dejamos atrás el mes de Noviembre y fue por esas fechas que acudí a la entrega y presentación oficial de los Premios de Novela Ateneo de Sevilla, los cuales se fallaron el verano pasado y cuya crónica os recuerdo aquí.
Presidiendo el acto y encargado de hacer las presentaciones como presidente del Ateneo de Sevilla un año más, el Doctor Alberto Máximo Pérez Calero quien agradeció todo el esfuerzo realizado por el Ámbito Cultural de El Corte Ingles, la editorial Algaida y el propio Ateneo para que un año más, dicho premio contara con una edición más y confirmó que ya se está trabajando para lo que será la edición número cincuenta que se espera esté a la altura de dicha cifra.
Acto seguido tomó la palabra Francisco Prior, director de publicaciones del Grupo Anaya, que explicó los pasos dados hasta llegar al momento final, que culminaba con la presentación que se estaba realizando. Al igual que anteriormente hizo el doctor Calero, Prior volvió a destacar la importancia de la próxima edición de un premio que se inició en 1968 y que espera e invita en su cincuenta edición a la participación de entidades y empresas sevillanas.
Llegado el turno de Miguel Ángel Matellanes, editor de Algaida, este presentó en primer lugar el premio de novela joven de Sevilla, La torre invertida y cedió la palabra a su autora, Tania Padilla para que explicara su obra.
Una novela que surge de un viaje a la Quinta de Regaleira, en Sintra con unos amigos. Esa fascinación por los jardines de dicha Quinta lo que le ha llevado a plantear el argumento de la obra en torno a la relación de su propietario con el arquitecto de la misma, estableciendo conexiones con la Lisboa de Pessoa a través del esoterismo. Habló de sus personajes y que a pesar de lo que pueda parecer, que sus personajes masculinos no salgan bien parados y los femeninos sí no ha sido intencionado. Se habla en La torre invertida sobre el amor, el deseo y la mentira y el intento por construir un pasado mítico. Describió la autora su obra como un puzle donde tenían cabida la novela histórica, el thriller y la metaliteratura porque se puede ver claramente explicado el proceso de cómo se escribe un novela.
Tras finalizar Tania Padilla su turno, llegó el de Jerónimo Tristante quien reconoció que esta novela era un quiebro importante respecto a sus novelas anteriores y que originariamente había sido un intento de guion cinematográfico que había quedado apartado momentáneamente debido a otros trabajos y que recuperó para darle forma de novela con motivo con intención de presentarse al Premio Ateneo.
Una trama que se desarrolla en el pirineo aragonés, con un paisaje muy parecido al nórdico y que tanto le seduce al autor. Un reto nuevo para él, enfrentarse a una historia basada en tiempos actuales y con un protagonista femenino. La primera vez que le otorga dicho papel a una mujer tras numerosos libros editados y reconoció que se había sentido muy cómodo con el cambio de registro. Nunca es tarde es una novela donde ocurren ciertas cosas misteriosas, con momentos de miedo y muchas incógnitas del pasado que volverán con fuerza al presente. Por este motivo sus personajes investigaran en el pasado, los hechos ocurridos en un pueblo años atrás para dar respuesta a lo que está ocurriendo en la actualidad. Tristante la describió como una novela llena de callejones sin salida dentro de un género, el policial que te permite hablar de muchas temas que algunas veces no es tan fácil en otros géneros.
Quiso matizar el autor sobre su obra, la cual tiene algo de novela divulgativa, pues en ella se habla de los asesinos seriales, en un repaso sobre esos temas que tanto atrae a la gente.
El acto concluyó con la entrega de las estatuillas a los premiados y algunas preguntas de los presentes a los escritores.