Presente perfecto

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Le preguntó en qué estaba pensando. No contestó. Sonrió y le besó.

No era fácil explicar lo que le pasaba por la cabeza. Aún menos con los nervios del momento y la inseguridad de haberse conocido sólo unas horas antes. Un beso es más claro que muchas palabras.

Ahora quisiera decírselo. Pensó que era un regalo. Sí, un regalo. Un regalo que le brindaba la vida, el universo o quien fuera. Un poco de aire fresco, de alegría, de dulzura. Sin esperarlo ni buscarlo. También pensó que no se preguntaría cómo, ni para qué, ni por qué él. Lo tomaría mientras durara y lo agradecería. No proyectaría un futuro. No sopesaría pros y contras. La única decisión a tomar era intentar no tomar ninguna. Simplemente, no escapar. Reunir el valor de liberarse de los prejuicios y apostar por aprovechar esa valiosa oportunidad.

Vivir el momento, centrarse en el ahora, eso tan leído y tan poco puesto en práctica. Presente. Sólo presente. Al fin y al cabo, la palabra presente también significa regalo.