El tema de la lactancia resulta ser un asunto candente socialmente hablando. Es curioso que lo que debería ser única y exclusivamente una decisión íntima y personal basada en una completa información, se convierta en un tema en el que puedan opinar todas las personas habidas y por haber, conocidas y no conocidas. Opinar , culpabilizar, reprochar y juzgar son palabras que se entremezclan y caracterizan las conversaciones informales sobre la lactancia.
Actualmente la información contrastada y respaldada por la evidencia científica, ensalza la lactancia materna y sus múltiples beneficios no sólo para el bebé sino también para la mamá. Es indiscutible que la leche materna es el alimento más completo y nutritivo que podemos ofrecer a nuestro bebé. También es indiscutible que los beneficios van más allá del terreno nutricional, aportando un plus inmunológico. A estas provechosas características hay que añadir la ventaja de la comodidad y practicidad de llevar encima todo lo necesario para alimentar al bebé; y por supuesto el importante ahorro que supone para la economía familiar.
Para la madre también conlleva múltiples beneficios para su salud física y emocional, acelerando la recuperación en el proceso de puerperio, y ayudando en la prevención de importantes enfermedades.
Para quien quiera saber más sobre el tema encontraréis información fidedigna al respecto aquí.
La decisión de cómo se quiere o se puede alimentar a un bebé, debe tomarse libremente por la madre y nadie más. Si de decide dar el pecho , desde luego es fundamental contar con el apoyo familiar y profesional y de esta manera tener muchas más posibilidades de éxito con la lactancia materna. Y aquí es donde muchas veces radica el problema, en una falta de apoyo y empatia ; y en la ausencia de conocimientos e información veraz tanto de las personas más cercanas como de algunos profesionales sanitarios.
Dar el pecho es algo maravilloso pero por que no decirlo, duro en su etapa inicial. Hasta que se instaura correctamente la lactancia materna es exigente y se necesita mucha constancia y dedicación. Desde luego que este esfuerzo se ve sobradamente recompensado con la increible experiencia que es sentir que estas nutriendo a tu hijo con tu propio cuerpo.
Es duro y exigente porque el postparto es una etapa ya de por sí delicada física y emocionalmente hablando, en el que la falta de sueño, el cansancio, la revolución hormonal y el profundo cambio vital que supone la maternidad; son factores que ya de por sí pueden favorecer la aparición de emociones y sentimientos encontrados. De ahí que lo que menos se necesita es que desde fuera se viertan opiniones desafortunadas y comentarios inoportunos.
Otro gran problema es la difusión de los mitos sobre la lactancia materna y la confusión, ansiedad y desconcierto que pueden generar en la madre.En este enlace encontraréis un fantástico artículo sobre estos mitos.
Si se decide alimentar al bebé con leche de fórmula , ya sea una decisión tomada por convicción o bien por necesidad, la madre debe sentir el mismo respeto que si hubiera decidido usar la lactancia materna. Y esto que parece algo obvio y que no habría que destacarlo, por desgracia no siempre es así. Puedes estar más o menos de acuerdo con esa decisión pero nunca jamás se debería opinar sobre ello y menos aún menospreciar su elección. Hay casos en los que tras intentar instaurar la lactancia materna , por la razón que sea ésta no termina de ser adecuada y el bebé no recibe la cantidad de alimento que necesita. Y estas madres sufren muchísimo, sufren porque no consiguen lo que desean y sienten una tremenda culpabilidad.
Si ante esta situación alguien realiza una crítica o un comentario malsano, la autoestima de esta madre se vendrá abajo por completo.
Los problemas en la instauración de la lactancia materna son muy diversos, desde problemas de salud en madre y/ o bebé hasta un mal agarre, un escaso o nefasto acompañamiento por parte de los profesionales sanitarios, falta de apoyo familiar y presión excesiva del entorno. Sin embargo, la mayoría de estos incidentes son salvables y de actuar a tiempo la lactancia materna puede salvarse. Para ello es imprescindible contar con profesionales formados y actualizados en lactancia materna que realmente asesoren, ayuden y apoyen a las madres que encuentran problemas durante sus lactancias maternas. Dado que como decía antes, hay un número importante de profesionales desactualizados y con escasa formación en este sentido, desde el Ministerio de Sanidad se ha decidido poner solución a este problema y se ha editado una guía sobre lactancia materna para profesionales sanitarios. Así ya no hay excusa que valga y pueden dejar aparcados todos los mitos e informaciones descatalogadas que siguen transmitiendo y que calan en la sociedad.
Para solventar el problema de la presión y la inconveniencia del entorno, la solución se torna quizás más compleja pero lo mejor es poner límites claros y firmes y si fuera necesario alejarse del entorno tóxico por muy cercano que sea. Porque deberían respetarte.
"Maternidad" , de Pablo Picasso
Es curioso pero hagas lo que hagas , habrá sectores sociales que criticarán y desaprobarán lo que decidas. Si das el biberón mal porque no estás ofreciendo a tu bebé lo mejor que puedes ofrecerle, si das el pecho mal porque te estás esclavizando como mujer, si das el pecho bien pero no lo hagas aquí en público que molesta, si das el pecho y tu hij@ ya anda y corre mal porque eso ya no sirve de nada y es un vicio...
En fin, hagamos lo que hagamos siempre estaremos expuestas al escrutinio público. Pero yo seguiré sacando la teta, en público o en privado, cuando mi hija la demande , y seguiré respetando a todas las madres del mundo que alimentan a sus hijos como ellas han decidido. ¡ Faltaría más !