Esta práctica, que por lo general, un hace mayor énfasis en los certificados financieros que en los ahorros a razón de que son "más seguros" para dichas instituciones por la movilidad del mismo. Es decir, es menos probable que una persona deshaga un certificado a que tome parte de sus ahorros.
En ese sentido, nos interesa abordar la temática de este tipo de préstamo. De manera que podamos identificar si es una buena o mala idea materializarlos de esta forma. Para que entonces se pueda tener una panorámica más acabada de las implicaciones del mismo y si este puede formar parte de la estrategia de gestión financiera personal.
Una de las preguntas comunes a la hora de analizar el tema del préstamo es el porqué de las garantías. Es decir ¿Qué lleva a las instituciones financieras a hacer acopio de garantías para facilitar los préstamos?
La respuesta a estas interrogantes es porque dichas garantías representan una compensación ante la posible insolvencia de la persona que toma el préstamo. En otras palabras, desde la perspectiva de la institución bancaria, la emisión de deudas es su negocio y, dentro del marco de la posibilidad, estas entidades, al igual que cualquier comercio, buscan minimizar el riesgo de pérdida en su actividad de negocios.
Es por esta razón que entra en escena el tema de las garantías. Porque genera dos efectos importantes dentro del contexto de la negociación:
- Compromete a quien toma la deuda.
- Minimiza, de manera relativa, el riesgo.
Respecto del segundo punto, la relatividad parte de que el negocio de la institución financiera es el comercio del dinero, no la liquidación de garantías. Por lo tanto, cuando un banco tiene que expropiar una garantía material, entonces tiene que hacer las gestiones para hacerla líquida, que implican gastos o costos que, aunque se pueden ponderar dentro del contrato de préstamo, no necesariamente significa que dicha institución está generando ganancias satisfactorias.
No obstante, aún sea una minimización relativa del riesgo, sí forma parte de la estrategia comercial de estas instituciones para salvaguardar sus propios intereses.
Tomando en consideración la manera en cómo funciona el préstamo en términos de riesgo desde la perspectiva de las instituciones financieras, una de las alternativas provistas por estas a sus clientes es que pongan en garantía, en vez de bien mueble o inmueble (carro, casa, etc), utilicen sus ahorros o certificados financieros.
Esto, inicialmente, le resulta atractivo a quienes tienen certificados financieros, porque tienden a pensar que van a pagar menos. Es decir, un certificado de depósito representa un monto de dinero "X" fijo mensual. Mientras que la cuota del endeudamiento es "Y", y si se toma el dinero "X" para solventar parte de la cuota "Y" del préstamo, entonces esa diferencia de pago le resultará, para quien tiene la deuda, en un beneficio.
Ahora, partiendo de esta realidad, ¿Es realmente una buena estrategia de gestión financiera hacerlo de es esta manera?
La respuesta es no.
Porque se dan dos efectos muy particulares. En primer lugar por el diferencial en tasas que hay entre los dos instrumentos, es decir, la tasa de rentabilidad de un certificado financiero usualmente es dos y tres veces menor a la tasa de interés de un préstamo.
Por lo general cuando un préstamo personal tiene una tasa de interés de un 20% el certificado de depósito, usualmente, ofrece entre un 5% y 7%, es decir hay una diferencia negativa de un -15% y -13% respectivamente. Por lo que la persona no está teniendo un saldo a favor en sus inversiones respecto de sus deudas.
Y en segundo lugar, cuando la persona pone en garantía el certificado financiero, en cierta medida, se está endeudando dos veces, porque la dinámica de este tipo transacciones es que la persona no acceda al dinero del certificado hasta que salde la deuda. Por lo tanto, si no puede acceder a él es como si no lo tuviera, de hecho, es como si la persona se autoprestara su propio dinero sin tener los beneficios del mismo sino hasta el término de la negociación de la deuda real.
Es por esta razón que usar un certificado financiero o ahorros en cuentas especializadas para garantizar un endeudamiento no es una movida estratégica de quien la hace. Porque no representa un excedente respecto de la tasa de interés de la deuda que logre cubrir la cuota mensual y porque, en resumidas cuentas, se está congelando un dinero que no estará disponible.
Utilizar como garantía del préstamo recursos líquidos o inversiones no necesariamente representa una estrategia adecuada. Llevar esto a cabo no significa que se está teniendo una mala gestión del dinero, sino que se pudieran optimizar los recursos disponibles de una manera distinta. Sin caer en un autoendeudamiento sin beneficios.
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