Préstamos rápidos que te endeudan rápidamente

Publicado el 12 enero 2016 por Monedarota @Monedarota

En tiempos tan oscuros nacen falsos profetas y en los días de crisis los trileros se hacen los dueños de los parques. Lo primero lo canta Sabina y lo segundo, que nadie se corte en ponerle música, es lo habitual cuando el dinero no suena en el bolsillo y los carteristas se hastían por los túneles del metro.

Las empresas dedicadas a los préstamos rápidos nacen, crecen y se reproducen al calor de la crisis económica. En la España del desempleo y del crédito en stand by siguen llegando a casa facturas y multas, a los electrodomésticos les da por hacer crack y los contratiempos no dan tregua. De la necesidad nace el negocio y el negocio puede terminar por pervertirse cuando la necesidad es de las que duelen. Facua-Consumidores en Acción ha presentado un estudio en el que analiza a once empresas de créditos rápidos que operan a través de internet. Estamos hablando de entidades que prestan pequeñas cantidades (como pueden ser 300 euros) a devolver en un tiempo reducido (1 mes).

La mayoría de estos portales basan su negocio en no preguntar más que el dinero que necesitas, en aplicar elevados tipos de interés en un corto periodo de tiempo y, si llega el vencimiento y la deuda más los intereses no está saldada, los prestatarios deben estar preparados para sortear una brusca elevación del ritmo cardíaco debido a los intereses de demora. Facua ha detectado hasta intereses "de hasta el 4.500% TAE para préstamos de pequeña cuantía a devolver en un mes". Si tomamos prestados 300 euros a un mes, según Facua, " en las ocho entidades incluidas en el estudio los intereses oscilan entre el 1.269,7% de Vivus.es y el 4.507% de la entidad Préstamo10". Los intereses duplican el interés medio de mercado, lo que está considerado como usura, y con un vencimiento tan cercano las dificultades para su devolución son obvias.

El problema no está únicamente en los elevados intereses ya que son préstamos con elevado riesgo. El verdadero problema está, ya lo vivimos con las participaciones preferentes, en que estos productos se ponen a la venta sin la información necesaria. La regulación es difusa, algunas empresas no son entidades financieras, y determinados conceptos que influyen en la cantidad a devolver aparecen en la temida letra pequeña. La escasa educación financiera de la población es el eterno factor a tener en cuenta. La costumbre de confiar sin leer y firmar sin preguntar está muy extendida y, de nuevo, los firmantes deben prepararse para que los sudores fríos no les pillen muy lejos de un hospital.

Recuerdo cuando la gripe llamaba y no podía ir al colegio. Entre Oliver y Benji y Chicho Terremoto siempre aparecían anuncios de préstamos fáciles y rápidos. Eran los protagonistas de la mañana. Un chollo. La letra pequeña en el televisor es aun más diminuta. Por eso muchos nos quedamos miopes. Ahora debemos saber distinguir los portales que hacen negocio con préstamos y devolución, que solicitan una mínima información de solvencia, de los que se lucran básicamente de los interés generados por el impago, que esconden las condiciones en pdf con letras milimétricas y que no necesitan nada más que un click para ingresar en la cuenta unos euros. Y de nuevo, no pequemos de ingenuidad, la necesidad no puede hacer que pasemos por alto la información. Debemos de saber en dónde nos metemos. La boca del lobo es menos oscura si llevamos una lámpara de gas en la mano derecha.