No es posible tener a nuestros hijos vigilados las 24 horas del día. Por mucho que los queramos tener controlados, siempre habrá momentos en que escapen a nuestra atención, lo que por otro lado es algo natural.
El camino hacia la escuela, la salida al parque con los amigos o incluso esos ratos en los que está conectado a internet.
Todos son focos de posibles riesgos, y como la presencia perpetua de los padres no es ni posible ni saludable, se trata de que sea el propio niño el que aprenda a prevenir estas situaciones.
La prevención del abuso sexual es labor de padres y educadores
Cuando hablamos de niños pequeños la labor fundamental corresponde a los padres y educadores. Deben estar pendientes y controlar al niño, para ello hay que coordinarse, unos y otros deben saber cuáles son las actividades que desarrolla a lo largo del día y, por descontado, evitar dejarlo a solas con personas desconocidas. En ocasiones no es posible estar en casa con ellos y hay que recurrir a cuidadores, de lo que se trata aquí es de extremar las precauciones, contar con una persona de confianza o con las máximas referencias posibles.
Cuando ya empiezan a salir solos es necesario que los padres sepan donde van a estar y si es posible hablar con el resto de padres para siempre pueda estar uno disponible a la hora de llevarlos o recogerlos.
Pero la mejor medida va a partir de los propios niños. Los padres deben hablar claramente con ellos, exponerles los peligros que les acechan. No se trata de provocar una psicosis que impida al niño llevar una vida normal, pero si que sepa estar atento a esas amenazas, hay que explicarles que no todas las caricias son iguales y que no tienen que hacer todo lo que les pidan los adultos, aunque sea una figura de autoridad. No hablar con desconocidos es la regla de oro, pero también deben saber que no tienen que alejarse del grupo y no está demás que lleven un número de emergencias a mano en el móvil. La información se convertirá así en la mejor prevención, si conocen lo que es una conducta sexual sana y normal sabrán distinguir aquello que no lo es.
Las redes sociales e internet
Los padres de hoy deben incidir también en las nuevas tecnologías, a través de las redes sociales se producen gran cantidad de casos de acoso sexual que si no se controlar pueden causar grave prejuicio al menor, especialmente si llega a conocer a su supuesto admirador. Hay que estar atento a cualquier cambio en la conducta del niño y si se detecta que la causa está en alguna relación on line habrá que intervenir.
Otra de las opciones con las que deben contar los padres es la colaboración con los cuerpos y fuerzas de seguridad. Si se detecta algún sospechoso rondando el colegio o las zonas de juegos, también si tenemos esa sospecha a través de las redes sociales, debemos contactar con la policía. Cuentan con divisiones especializadas que nos pueden ayudar con nuestras dudas e incluso darnos las orientaciones precisas.