Parece que todos los directores del planeta están a la espera de encontrar aquel acontecimiento espléndido y maravilloso que nunca antes se haya llevado a la gran pantalla para rendirle homenaje. La gran cantidad de obras históricas que llenan cada fin de semana las taquillas de nuestros cines intuyen una falta de creatividad, una dependencia de las historias reales sorprendentes para poder llamar la atención del espectador. Normalmente este tipo de cine se queda en el adjetivo de didáctico olvidándose de todas las virtudes de las que goza el cine. Pride (Orgullo), lamentablemente, puede calificarse de esta forma.
Pride (Orgullo), ha cosechado sorprendentemente muy buenas críticas en Estados Unidos, y una de las estrategias de marketing para publicitar la película ha sido compararla con: The Full Monty y Billy Eliot. Los únicos parecidos existentes con estas películas son su origen británico y su espíritu de lucha contra el conservadurismo. Pero lo que no logra capturar Pride (Orgullo) es el carisma de los personajes y la humildad latente del relato que tenían estas obras.
En muchas ocasiones la película peca pareciéndose en exceso a Mi nombre es Harvey Milk. Pero a diferencia de esta, uno echa en falta el desarrollo completo y particular de alguno de los personajes de la película. Su interés de abarcar demasiado acaba transmitiéndonos poco, o no lo suficiente.
Pride (Orgullo), es una película didáctica pero a la vez entretenida y fácil de ver. Esto puede ser positivo, en el caso de que el espectador busque una simple película para despejar la mente y disfrutar; o negativo, para aquellos que piden más, más atrevimiento, más riesgos, más índole.