Aquel artículo decía: "Al propiciar las primarias que enfrentan a Tomás Gómez y a Trinidad Jiménez, Zapatero ha cometido, probablemente, su mayor error político desde que asumió el poder en el PSOE al permitir a los militantes socialistas que ejerzan contra él una venganza democrática derrotando estrepitosamente a la actual ministra de sanidad."
Y agregaba:"La derrota de Trinidad Jiménez será la derrota de Zapatero. Los militantes socialistas lo saben y se disponen a dar a Zapatero una portentosa y merecida patada, justo en el trasero de la ministra."
Y finalizaba: "Conscientes de que está hundiendo el socialismo para las próximas décadas y de que su mal gobierno está arruinando y destruyendo a España, los militantes socialistas, impotentes para abofetear al poderoso" líder" que ocupa la Moncloa, pueden hacerlo ahora, de manera efectiva y democrática, humillando a su candidata."
Ahora podemos celebrar el acierto y la valentía de los madrileños, por ser los primeros que plantan cara al peor gobernante de los españoles desde Fernando VII. Los madrileños, al igual que hoy, ya dieron ejemplo a España hace dos siglos, el 1808, rebelándose contra otra opresión, en aquel caso la del invasor Napoleón.
Y ahora otro vaticinio: Cansados de tanta ignominia y de soportar el zapaterismo de manera pasiva y cobarde, los socialistas honrados y libres que quedan en España, que no son pocos, se irán desmarcando del abuso de poder que protagonizan Zapatero y su gobierno, rebelándose claramente contra la vergüenza que representa el "zapaterismo" para España, la democracia y la decencia.
El fin de Zapatero y de su corte de pelotas, enchufados, colocados, amiguetes, despilfarradores, expoliadores, corruptos y demás fauna nociva ya ha empezado y ese es el único motivo de alegría para los demócratas en esta España arrasada por los malos políticos.