Que el invierno termine y llegue ya la primavera.
Eso estamos deseando, creo, todos los que vivimos al Este de Japón. Y es que este invierno está resultando bastante duro, con días grises sin ver asomar el sol y un frío húmedo, además de algo de nieve y mucha lluvia. Esperamos que la primavera venga y traiga de nuevo la alegría, los colores, y unas temperaturas más suaves para poder salir a la calle. En Japón, uno de las signos de que el invierno está llegando a su fin es el florecimiento de los ciruelos (en japonés 梅, ume). Se trata de un acontecimiento no menos esperado que el florecimiento de los cerezos (en japonés 桜, sakura), que tiene lugar a principios de abril y marca el apogeo de la primavera.
Dicen que los mejores sitios de Japón para contemplar los ciruelos en flor, una tradición que se conoce como umemi (梅見), están en la prefectura de Ibaraki, así que no he podido dejar pasar la experiencia. El año pasado por estas mismas fechas me acerqué hasta el monte Tsukuba, que me queda bien cerca, a 40 minutos en autobús desde el centro de Tsukuba.
Del 18 de febrero hasta el 20 de marzo se celebra el Tsukuba-san Ume Matsuri, o el Festival del Ciruelo del monte Tsukuba, que acoge distintos eventos. Más información, en inglés, aquí.
A los pies de la montaña se encuentra el Jardín de los Ciruelos del monte Tsukuba (筑波山梅林). El jardín tiene unos 1.000 árboles ciruelos de distintas variedades. Un pequeño paraíso para los amantes de la fotografía floral.
El nombre científico del 梅 o ume es Prunus mume, aunque en occidente se conoce como albaricoque japonés o ciruelo chino. En realidad está más relacionado con el albaricoque que con el ciruelo. Es una especie asiática del género Prunus de la familia de las rosas. El árbol es originario de China y después fue llevado a Corea y a Japón.
El árbol del ume florece al final del invierno, normalmente a finales de febrero. El color de sus flores va desde el blanco, pasando por el rosa, hasta el rojo intenso. Por su gran belleza, la flor del ume ha sido un tema tradicional desde tiempos lejanos en la pintura de los países del Este de Asia: Japón, China y Corea, también Vietnam.
El árbol se cultiva tanto por sus flores como por su fruto. Este madura a principios del verano, normalmente en junio, y coincide con la época de lluvias en el Este de Asia, la cual es conocida como 梅雨, que en chino se pronuncia méiyǔ y en japonés tsuyu, y que literalmente significa "lluvia de ume". El fruto es redondo con una hendidura que va desde la punta hasta la rabillo. La piel cambia de verde a amarillo y a veces a un color rojizo cuando madura. Su pulpa es amarilla.
A partir del fruto del ume se elabora el umeshu (梅酒), un famoso licor japonés de color dorado. Se prepara cuando las ciruelas o los albaricoques están aún verdes, sumergiéndolos a macerar en alcohol. La graduación es del 10–15%. Contiene mucho azúcar y su sabor es muy dulce, tanto que suele resultar agradable incluso para aquellas personas a las que normalmente no les gustan las bebidas alcohólicas. Después de ver el Jardín de los Ciruelos, el profesor suizo de mi laboratorio y yo escalamos el monte Tsukuba y cuando llegamos a la cima, en una hora más o menos, lo celebramos brindando con un sorbo de umeshu.
Este año la experiencia ha sido diferente. Viajé con unos amigos estudiantes internacionales hasta Mito, la capital de la prefectura de Ibaraki. Una vez allí nos dirigimos hasta el Parque Kairaku-en, que junto al Kenroku-en y al Koraku-en están considerados los Tres Grandes Jardines de Japón (日本三名園).
- Kairaku-en (偕楽園) significa "el jardín para disfrutar con la gente". Fue uno de los primeros jardines diseñados para uso público en Japón, en 1842.
- Kenroku-en (兼六園) significa "el jardín que combina las seis características de un jardín ideal: amplitud, serenidad, veneración a lo antiguo, belleza visual, diseño sutil en los detalles, y frescor". Está situado en la ciudad de Kanazawa, prefectura de Ishikawa, data de 1620 y pertenecía al clan Maeda.
- Koraku-en (後楽園) significa "el jardín del sumo placer", y hace referencia a la siguiente regla del Confucionismo: "sé el primero en sentir los problemas del mundo, sé el último en disfrutar de sus placeres". Está situado en la ciudad de Okayama, prefectura de Okayama, data de 1700 y pertenecía al clan Ikeda.
Una de las mejores épocas del año para visitar el Kairaku-en de Mito es durante el florecimiento de los ciruelos. Desde 1896, del 18 de febrero al 31 de marzo se viene celebrando el Mito-no-Ume Matsuri o Festival del Ciruelo de Mito. Más información, en inglés, aquí.
El festival es muy popular en la prefectura. El parque cuenta con uno de los jardínes de ciruelos más grandes de Japón, con más de 3000 árboles de 100 especies diferentes con variedades de flor blancas, rosas y rojas. Este año, sin embargo, el invierno está siendo especialmente largo, más aún en el norte, y la flor de los ciruelos tarda un poco en salir, tanto que apenas vimos unos pocos árboles floridos ahora a principios de marzo.
Al contrario que con el florecimiento de los cerezos en abril, las frías temperaturas no invitan todavía a sentarse debajo de los árboles a comer, beber y ver las flores, tradición que en Japón se conoce como hanami (花見). Tendremos que esperar un mes más para poder hacer eso. El frío, sin embargo, no impide que cientos de visitantes se acerquen estas semanas al Kairaku-en para ver los ciruelos y participar en las actividades, algunas de ellas nocturnas.
Por ejemplo, el pasado sábado, 3 de Marzo, tuvo lugar el Yoru Ume Matsuri, un festival nocturno con velas y fuegos artificiales. Me recordó al Nara To-Kae, un bonito festival que se celebra en la ciudad de Nara durante la noches de verano.
A última hora del día, con el parque a la luz de las velas, tiraron algunos fuegos artificiales. Una buena forma de terminar la visita a Mito.
En fin, espero que hayáis aprendido que no sólo de cerezos viven los japoneses, también los ciruelos en flor son populares. Aquellos que vivís por la región de Kantō aún estáis a tiempo de acercaros a Ibaraki y salir de umemi (梅見) hasta finales de marzo. Luego, tras la flor del ume llega la flor de la sakura, y eso significa una cosa: que el invierno termina y comienza la primavera. Vivamos el momento con ilusión.