Este año, por motivos de no-conciliación laboral, y porque el padre quería que yo también viviera la experiencia, después de haberme perdido una de las primeras veces, y tener esa tristeza, hemos ido ambas.
Ha llorado. Hemos llegado al patio, que estaba lleno de gente y se ha puesto a llorar. Escondía su cara con mi vestido. Se ha abierto la puerta de ratón, y hemos ido a buscar su clase. Ha visto a la profesora y ha seguido llorando. Ella la ha cogido de la mano, y se han ido a clase. ¡A la clase de los medianos! Su último año antes de que vayan ambas Genovevas al mismo patio.
Plano desde las escaleras
Eso sí. A la salida, cuando he ido a buscarla estaba contenta. Todo se lo había comido. Y en permanencia estaba jugando con una de sus mejores amigas, Alexia.Ahí está, sentada al lado de su "novio" y frente a dos de sus amigas
¿Conclusiones? Por mucho que mi hija esté preparada, y tenga ganas, el comienzo de una nueva etapa, le hace inquietarse. Sacamos las cosas positivas: encuentra a sus antiguos compañeros y amigos, come en el comedor, juega en permanencia, está en una clase más grande... http://diariodealgoespecial.blogspot.com/feeds/posts/default?alt=rss