Hace ya casi una semana que cumplí uno de los objetivos más importantes que tenía para este año, aprender a hacer surf. Ya se que no es una cosa fácil que se aprenda en un día ni muchísimo menos... ¡pero es que estuve nada más y nada menos que cinco horas en el agua! Fue un día muy intenso que empezó a las diez y media de la mañana cuando mi primo Fello me recogió en mi casa y pusimos rumbo a Famara, un lugar increíble de Lanzarote para surfear. Nada más llegar al pueblo nos alquilamos unas tablas (en mi caso un tablón para principiantes) y nos compramos unos bocadillos para poder pasar el día entero en la playa. Las dos primeras horas que estuvimos en el agua fueron bastante frustrantes, ya que yo no hacía mas que remar y remar para no conseguir coger prácticamente ninguna ola, y las que cogía lo hacía tumbado en la tabla, e incluso a veces se me clavaba en la arena y me pegaba buenos golpes. Fue por eso que nuestra pausa para comer (a la 1:30) la emplee en hablar con mi primo y intentar averiguar que pasaba, que era lo que estaba fallando "¿de verdad soy tan torpe para esto?" me preguntaba yo. Entonces a él se le ocurrió la idea de volver al pueblo para cambiar la tabla por algo un poquito más avanzado, lo que a mi me parecía que iba a ser aún peor. La nueva adquisición seguía siendo bastante grande, pero ahora era de un material más duro, no como la otra que era blanda (lo que significaría que ahora los golpes dolerían más). No es que me hiciera tener miedo, pero si me hizo tenerle más respeto a las olas (que por cierto ese día menos mal que eran bastante pequeñas)
Sin duda las dos siguientes horas que pasé en el mar fueron unas de las mas satisfactorias de mi vida. No solo no recibí ni un solo golpe, sino que por fin logré coger mis primeras olas de pie. Hubo un momento en el que tras conseguir una sin caerme, empecé a gritar eufórico y un grupo de extranjeros se me quedo mirando, pero la verdad es que estaba tan contento que me importó bastante poco. Ya estaba pensando en como iba a contaros a través de mi blog que lo había conseguido, que había hecho "surf". Después de eso salimos a merendar y tras un largo descanso bajo un sol que ardía nos volvimos a meter en el agua una hora más.
Esta claro que lo que conseguí hacer ese día es lo más básico, pero aún así yo acabe bastante orgulloso. Fue una experiencia increíble y que sin duda a partir de ahora la repetiré muchas más veces, ya que tengo una isla perfecta para hacerlo. Una vez más he demostrado que apuntar en una hoja lo que quieres hacer en ese año, te obliga a hacerlo. Espero que pronto esto pase de ser un objetivo cumplido a un hobby que haga a menudo. Para terminar solo me queda darle las gracias a Fello, que si no fuera por él todavía hoy estaría comiéndome la cabeza para encontrar a alguien que me enseñara a dar mis primeros pasos en este deporte. Un saludo a todos y os dejo con este vídeo de mi primo y yo cantando a la vuelta de nuestro largo día para que se rían un poco.