El primer ministro japonés Yoshihide Suga, a pesar de la creciente incertidumbre a medida que aumentan los casos de coronavirus en su país, renovó el viernes su determinación de albergar los aplazados Juegos Olímpicos de Tokio este verano como símbolo de la victoria humana sobre la pandemia.
Suga, hablando desde Tokio en una reunión virtual del Foro Económico Mundial, también pidió una investigación transparente de la Organización Mundial de la Salud sobre la pandemia, y dijo que es clave para aprender lecciones y prepararse para futuras pandemias. También prometió ampliar una contribución inicial de 130 millones de dólares a un fondo para ayudar a los países en desarrollo a adquirir vacunas contra el coronavirus.
Lea también: JJOO: Japón celebrará los Juegos a pesar de rumores de cancelación
“Estamos celebrando los Juegos Olímpicos y Paralímpicos este verano”, dijo Suga. “Estoy decidido a lograr los juegos como una prueba de la victoria humana contra la pandemia, un símbolo de solidaridad global y para dar esperanza y coraje en todo el mundo”.
JJOO con total bioseguridad
Los funcionarios olímpicos han dicho repetidamente que los juegos se llevarán a cabo en julio según lo planeado después de un aplazamiento de un año, aunque se están considerando varios escenarios, incluida la celebración de eventos sin espectadores.
Suga repitió su determinación de lograr unos Juegos Olímpicos “seguros y protegidos” y se comprometió a controlar las infecciones en Japón lo antes posible.
“Debemos aprender lecciones de esta pandemia y estar preparados para futuras crisis”, dijo. Para ello, “una investigación científica de la OMS debe llevarse a cabo con firmeza y de manera transparente”. No dijo si se refería a una visita actual de un equipo de expertos de la OMS a Wuhan, China, donde se detectó por primera vez el virus.
En casa, Suga ha sido criticada por retrasar las medidas del virus hasta que los casos diarios aumentaron a nuevos máximos a fines de diciembre. Finalmente, declaró un estado de emergencia parcial a principios de enero, emitiendo solicitudes no vinculantes hasta el 7 de febrero para que las personas eviten las multitudes o comer en grupos y para que los restaurantes y bares cierren temprano.
Los nuevos casos en Tokio han disminuido, pero los expertos dicen que no se han ralentizado lo suficiente, lo que indica que las medidas de emergencia podrían extenderse por varias semanas más.