El equipo desarrollado por Shantanu Debnath se basa en una de las arquitecturas cuánticas más antiguas, que fue ideada en 1995 gracias a los trabajos del físico español Juan Ignacio Cirac y el austriaco Peter Zoller. Los bits cuánticos se almacenan en iones atómicos individuales que se encuentran “atrapados” en línea gracias al uso de campos magnéticos y potentes láseres. Los iones se comportan como un pequeño cristal, de manera que se pueden controlar las vibraciones de forma precisa y así provocar que los iones queden entrelazados.
Este entrelazamiento permite el funcionamiento del ordenador cuántico, un dispositivo que, en palabras de Cirac: “resuelve los mismos problemas que los ordenadores usuales, lo que pasa que mucho más rápido”. En lugar de utilizar las reglas de los computadores habituales, como ceros y unos, puertas lógicas o combinación de puertas lógicas, funcionan con las normas de la física cuántica. Esto les permite trabajar a mayor velocidad y, sobre todo, resolver problemas con una gran eficiencia. El reto, según explicó Cirac a Hipertextual, es que no existe todavía un ordenador cuántico real, sino que sólo contamos con pequeños prototipos.
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