La dura condena al clientelismo andaluz se produce cuando ha quedado comprobado que la enemistad entre Susana Díaz y Pedro Sánchez se mantiene viva y constituye el principal problema del socialismo español. Susana ha decidido encastillarse en Andalucía, amparada por el "aparato" del socialismo andaluz y por sus muchos militantes (uno de cada cuatro de los existentes), mientras que el nuevo secretario general está decidido a asaltar la fortaleza andaluza, en la que ya ha abierto importantes grietas, y a liquidar el poder de Susana.
La tesis de que el clientelismo es pura corrupción es correcta y la hemos manejado desde hace tiempo los miles de andaluces que soñamos con una sociedad mas decente, limpia y democrática. Las redes clientelares socialistas, tejidas insistente y pacientemente por los socialistas, desde los tiempos del presidente Rodríguez de la Borbolla, han servido para controlar Andalucía de manera férrea, creando un régimen casi soviético que utiliza el dinero público y el poder para perpetuarse, limita las libertades y condena al ostracismo, a la marginación y al fracaso a todo el que se atreva a oponerse al inmenso poder del partido.
Sin embargo, el clientelismo no es patrimonio exclusivo de los socialistas andaluces porque envenena el comportamiento socialista en muchos otros lugares de España, donde el poder es utilizado para ganar adeptos y convertirlo en votos.
Pero es cierto que en Andalucía el clientelismo es un monstruo brutal, de siete cabezas, casi invencible, que ocupa el núcleo del poder socialista y es el principal culpable del atraso, la corrupción, el avance de la pobreza y la infelicidad de millones de andaluces mal gobernados, acribillados por los impuestos y sin servicios públicos dignos de un pa´si europeo.
Sin el PSOE es difícil sobrevivir en Andalucía, ya seas jornalero, empleado, profesional o empresario. Tener en contra a la Junta y al PSOE es como caminar por la vida soportando el peso de una losa de plome de cien toneladas.
El clientelismo no sólo es la médula del socialismo andaluz, sino también la principal causa del atraso, la corrupción y la ineficacia que dominan la política andaluza, donde la creación de riqueza, el espíritu emprendedor, la creatividad y otros valores y recursos propios de las sociedades modernas quedan asfixiados por el excesivo poder y el control de los políticos socialistas.
Pedro Sánchez, que lo sabe y es consciente de que le será muy difícil controlar el PSOE con los andaluces en contra, ha lanzado, por medio del sociólogo Tezanos, esa carga de profundidad al modelo socialista de Susana, con la vista puesta en desgastarla y desplazarla como cabeza del socialismo andaluz, el más poderoso de España.
Francisco Rubiales