La señorita Luz Vásquez escuchó una serenata dedicada por su novio Francisco Castillo y Moreno en la madrugada del 27 de marzo de 1851, él intentaba reconciliarse por una discrepancia de enamorados.
Junto a Francisco Castillo, Carlos Manuel de Céspedes fue coautor de la música, la letra fue escrita por José Fornaris.
La interpretó el tenor Carlos Pérez acompañado de guitarras y violín.
La canción tiene la estructura de un vals, incorporado al sistema genérico de la música cubana. Y tiene la siguiente letra:
¿No te acuerdas gentil bayamesa,
que tú fuiste mi sol refulgente
y risueño en tu lánguida frente
blando beso imprimí con amor?
¿No te acuerdas que en un tiempo dichoso
me extasié con tu pura belleza,
y en tu seno doblé mi cabeza
moribundo de dicha y amor?
Ven y asoma a tu reja sonriendo;
ven y escucha amorosa mi canto
ven, no duermas acude a mi llanto
pon alivio a mi negro dolor.
Recordando las glorias pasadas
disipemos, mi bien, las tristezas;
y doblemos los dos la cabeza
moribundos de dicha y amor.
En Cuba existen otras «Bayamesas». Como la que comenzó a escucharse en la manigua redentora con la música de la primera y versos de corte patriótico que se le atribuyen al poeta José Joaquín Palma.
La segunda Bayamesa fue compuesta por el patriota Perucho Figueredo iniciando el año 1868; fue una marcha instrumentada por el maestro de capilla, y Mayor del Ejército Libertador Manuel Cedeño.
En octubre de 1868, después de ser tomada la ciudad de Bayamo, el pueblo pidió al autor de la marcha su letra. Y se dice que Perucho Figueredo escribió desde la montura de su caballo los versos.
Convirtiéndose esta Bayamesa en el Himno Nacional de Cuba.
Existe una tercera, compuesta por Sindo Garay en 1918. Es una criolla que realmente se nombra Mujer Bayamesa, pero es conocida popularmente como La Bayamesa de Sindo. Y esta es su letra:
Tiene en su alma la Bayamesa
triste recuerdo de tradiciones
cuando contempla los verdes llanos
lágrimas vierte por sus pasiones.
Ella es sencilla, le brinda al hombre,
virtudes todas y el corazón
pero si siente
de la Patria el grito
todo lo deja, todo lo quema,
ese es su lema, su religión.