El miércoles pasado empecé con las clases. Resumen hasta hoy: Es más cansado de lo que me pensaba.
No paro un minuto en todo el día, me levanto a las 6:30 y me acuesto entre las 11 y las 12 sin haber descansar un minuto. Cuando no tengo clase estoy corrigiendo los exámenes iniciales o cuidando el patio o preparando las clases. Y cuando por fin consigo recoger a mi hijo de la guardería a las cuatro y media pues toca jugar con él hasta la hora del baño y la cena. Después que le tengo al pobre tantas horas en el cole encima no voy a dejarle a su aire toda la tarde. Una vez el niño esta acostado y la cocina recogida después de cenar el poco tiempo que me queda lo tengo que aprovechar en seguir corrigiendo o preparando cosas porque es que no me da tiempo y no llego. Para que luego digan que los profes trabajan poco je,je,je.
Espero que este ritmo sea solo al principio y como mucho en épocas de exámenes porque sino no se como voy a conseguir sobrevivir. Pero aunque trabajo muchas horas estoy muy ilusionada y cuando me levanto por las mañanas no pienso con pesadumbre " uff, otra vez a trabajar", ahora me levanto con ganas y llena de energía a pesar de no haber dormido muchas horas por que voy a hacer algo que me gusta y me apetece. Espero no cambiar de opinión en mucho tiempo, más bien nunca.
Mi hijo sigue llorando un montón cuando le dejo por las mañanas pero por la tarde me recibe con una gran sonrisa, un beso y un abrazo. Eso si, estamos pasando una época de mamitis aguda y cuando estoy con él no me deja ni que me vaya a otra habitación, fruto me imagino de estar en la guardería y sin verme tantas horas.