Por fin llegó el ansiado lunes de la visita a la matrona, ¡qué nervios! Yo tenía muchas ganas porque durante esa primera semana y media tras el test de embarazo positivo, había sentido algunos síntomas desconcertantes y, aunque internet me decía que eran normales, necesitaba que una profesional sanitaria me lo confirmara.
Cuando llegamos, había tres personas en la consulta: nos hizo pasar la que se identificó como mi matrona y nos presentó a dos chicas jóvenes, una era estudiante de enfermería de prácticas y la otra era ya enfermera haciendo la especialidad de comadrona en el hospital universitario en el que, si todo sale bien, yo daré a luz.
Entre las tres me tomaron los datos más relevantes, me dieron como fecha estimada de parto el 17 de octubre (la médica de cabecera me dijo el 20 de octubre, pero al parecer había sido un error), me tomaron la tensión (baja, como siempre), me pesaron y midieron e hicieron un historial médico con nuestros antecedentes personales y familiares más relevantes.
Ahí ya le tocó el turno solo a la matrona, y mientras las otras dos escuchaban. Me estuvo explicando las primeras pruebas que iban a hacerme, que son las analíticas habituales a las 10 semanas, la ecografía de las 12 semanas y además en mi caso un test O’Sullivan en la semana 11 porque mi padre es diabético y tengo entonces un riesgo mayor de diabetes gestacional.
A continuación me dijo que ella me recomendaba hacer cada día algo de ejercicio suave (caminar entre media hora y una hora, por ejemplo, ¡Lara va a estar encantada!) y me dio unas pautas de dieta bastante detalladas, que ya compartiré con vosotros otro día. Me habló de las precauciones que tengo que tomar especialmente con la toxoplasmosis, y ahí me cautivó, porque la información que me dio sobre esta enfermedad fue muy rigurosa. También tengo pendiente hablar sobre la toxoplasmosis otro día.
Finalmente, estuvo resolviendo algunas de mis dudas y nos dio cita para todas las pruebas y mi cartilla de embarazo. La próxima visita con ella la tendremos en mayo, aunque tengo un teléfono para llamarla en caso de duda. También me dio un plan de parto para que fuera echándole un vistazo y poder discutir con ella todas mis dudas con tiempo, y una canastilla de regalo junto con un librito muy completo (os lo enseñaré todo también más adelante).
Salimos muy contentos aunque con la sensación de que queda muchísimo para la primera ecografía, ¡nosotros queremos tener ya alguna seguridad de que todo marcha bien!
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