Primeras imágenes del ojobarril

Por Drunkerito
La prensa general, y la de divulgación así como este y la mayoría de los blogs, acaban de hacerse eco de una noticia acerca de un hallazgo que apareció en el último número de 2008 de la revista Copeia. En él se anuncia la solución a un misterio de la biología marina vigente desde 1939, cuando se descubrió a Macropinna microstoma a partir de cuerpos arrastrados por las redes.

M. microstoma es un pez óseo de extraño aspecto, presenta unos ojos tubulares dentro de una cabeza transparente. De hábitos mesopelágicos los ojos tienen forma de tubo debido a que es la forma perfecta de alojar un cristalino de gran tamaño, y compensar la poca luz que llega a donde vive este animal. Hasta ahora la duda residía en como podía se las apañaba el animal para vivir con unos ojos apuntando hacia arriba. Pues bien gracias a la investigación llevada a cabo por Bruce H . Robinson y Kim R. Resienbichler, ambos investigadores del Acuario de la Bahía Monterrey, se ha podido comprobar que dichos ojos pueden ser movidos hacia delante. Otra singularidad es que se sitúan dentro de la cabeza, motivo por el cuál esta es transparente. El porqué de este hecho reside en que su comida favorita, los sifonóforos, son bastante peligrosos, y que mejor forma de entrar dentro de la colonia que con los ojos protegidos de los tentáculos urticantes de los sifonóforos.
Fotograma de Micropinna microstoma. Los dos puntos negros de la parte frontal de la cabeza son en realidad órganos olfatorios, los cristalinos son las dos bolas de color verdoso de dentro de la cabeza.
Este hallazgo relativo a M. microstoma ejemplifica lo poco que sabemos de la biología de la mayoría de seres de las profundidades, además de enseñarnos lo extremo que puede llegar a ser la adaptación de las especies a su medio.
Artículo:
  • Robinson, B. H., & Reiseenbichler, K. R. 2008. Macropinna microstoma and teh paradox of its tubular eyes. Copeia 4: 780-784. Artículo