Lo primero que hay que saber es que los japoneses son especiales, incluso ellos lo saben y se sienten muy orgullosos de ello. Lo segundo más importante es la cultura del respeto y la fuerte ideología del deber que impera en Japón. Un empleado no se irá a casa antes que el jefe o sin haber acabado la faena. El cliente no siempre tiene la razón pero se le hacen reverencias y se agradece que venga a gastar el dinero a tu tienda y así mil ejemplos. Honor, obligación y deber resumido en la palabra Giri contraria al individualismo occidental.
En Japón hay cuatro estaciones al año y no es un decir, son estaciones muy marcadas. Frío en invierno, unos 6 grados de media, buen tiempo en primavera, lluvias en otoño y un calor asfixiante en verano. Sabes que es agosto en Tokyo cuando crees que se te ha roto la botella de agua que llevas en la mochila pero en realidad es sólo tu sudor empapándolo todo. Japón es una isla y como todas las islas está rodeada de agua así que en agosto hay una combinación de agua más altas temperaturas que consigue hacerte creer que estás en una sauna todo el rato. Ya hee visto varias marcas de sudor en camisetas con la forma de la máscara de Rorschach, Watchmen. Mañana me fijaré a ver si veo un conejito! :p He estado en Marruecos y en el desierto de Nevada en agosto y puedo decir que debido a la humedad este es el peor sitio para pasar calor. Aunque a decir verdad la sombra de los edificios altos, los templos, los centros comerciales y las máquinas expendedoras de bebidas en calle hace que lo peor sea andar por la calle o la zona Este de los Jardines Imperiales. Ahí tenía que parar en cada sombra a tomar el fresco y a darle un buen trago a la botella de agua. La verdad hasta que llegué aquí pensaba que la toalla alrededor del cuello era una exageración de los japoneses y poco me falta para comprar una.
La banda sonora del país está compuesta por dos canciones. La primera son las cigarras que suenan por todo Japón haciéndose notar hasta que te acostumbras al ruido constante. La primera vez que vi una parada frente a mi cama en la habitación pillé la zapatilla de baño y empecé a matarla al grito de Muere Bichooooo. Luego descubrí que era una cigarra y que realmente no hacía nada pero ver un bicho feo y con alas en mi habitación casi me provoca un infarto. En los parques se pueden ver a los valientes niños intentando atraparlas con un cazamariposas para luego coger las con las manos y acabar volviendo a ponerlas en libertad.
La segunda, los gritos de los japoneses diciendo adiós, hola, dándote las gracias o intentando convencerte para que entres a comer/comprar a su establecimiento. No es suficiente con decirlo, lo has de escuchar y darte por aludido y para ello ponen voz más aguda y arrastran las vocales fuertes. Convirtiendo un Arigato Gozaimas en un Arigato Gozaimaaaaaaaaaaaaaaaaaaas o Arigato Gozaimaaaaaaaaaaaasta. Así que dejan tiempo para pensar qué te están diciendo y responder en consecuencia. Son tan majos!
El invento de las zapatillas. Si en Rusia no podías entrar en casa con las zapatillas de casa aquí tampoco pero además no puedes pisar tatami con zapatillas y tampoco puedes entrar al baño con las mismas zapatillas que usas para el resto de la casa. Esto hace que al menos necesites tres pares: Uno para la calle, otro para casa, aunque la idea aquí es ir en calcetines, y otro para el baño. Al menos son tan majos que te las dejan ellos mismos. El calzado tradicional para ir por la calle es la Geta, una especie de chancleta con suela de madera con dos líneas verticales que soportan el peso. No es difícil ver a gente con Getas y Kimonos o Yukatas por la calle.
Conseguir comida es bastante fácil, no sólo porque son super majos y te ayudan sino porque muchas veces basta con que señales el plato que quieres o lo pidas en una máquina y le des el ticket al cocinero. De hecho tratan al extranjero como a un niño pequeño que se le ha de enseñar todo y es un poco tonto. Hay mucha gente comiendo sola y no se hace sobremesa. Las reuniones con amigos o de oficina son para beber mientras muchas veces la comida es rápida y sin distracciones. Son muy típicas las barras de comida de cara al cocinero. Ayer mismo fui a un restaurante a comer noodles y después de mirar el plato que quería entré a pedirlo. Los cocineros estaban a mi izquierda y me saludaron al entrar, al mirarles para responder el saludo me pasé la máquina de pedir lo que inmediatamente provocó un montón de aspavientos, gritos y manos en la cabeza. Cada uno de ellos con una sonrisa. Escogí el plato en la máquina con la ayuda de un camarero empeñado en que cogiera el plato más barato y menos interesante mientras todos los cocineros seguían mirándome. Me señalaron un sitio así que di el tíquet y me senté a esperar la comida. Las miradas empezaban a ser un poco agobiantes pero es lo que tiene ser extranjero. Un segundo después el camarero me trajo un papel con textura de trapo doblado. Escuché que hablaba con uno de los cocineros pero obviamente no entendí nada y me ofrecieron el papel mientras me señalaban donde estaban los palillos, las salsas y el montón de servilletas. Pensando en lo majo que había sido el camarero me limpié las manos en el trapo y lo dejé a un lado. Ni cinco minutos después me trajeron lo que había pedido y me hice la remolona mientras lo dejaba enfriar. Por suerte entraron más clientes, se fueron olvidando de mi y pude observar como comía el chico de mi lado. Había leído que sorber es aceptable y quiere decir que está bueno y, efectivamente, el chico de mi lado estaba sorbiendo como si se fuera a acabar los noodles de toda Asia. Yo intenté hacer lo mismo pero era algo así como la historia de los tres cerditos y el lobo que sopló, sopló pero la casa no tiró. Como mucho conseguí manchar un poco todo lo que tenía alrededor usando una de las servilletas que había en la mesa para limpiarlo. También vi que a él no le habían dado el trapo. Le dejé adelantarme en la carrera por comer y observé dónde dejaba el plato al acabar. Acabé mi sopa de noodles, cogí las servilletas, me limpié, intenté arrugar el trapo pero no era muy fácil así que lo abrí para volverlo a doblar justo para descubrir que lo que me habían dado era un babero para los niños pequeños!! Grrrrr
Siguiendo con la comida, les flipa poner huevo y si puede ser a medio hacer mejor. Además es muy importante que la comida sea bonita y si puede ser suave, esponjosa y de poco peso.
Otras costumbres pueden ser que para reñir a los niños les dan un golpe en la cabeza, no un cachete en el culo. O que el dinero no se da en la mano sino que se deja en la bandeja y ellos lo cogen con las dos manos. Comer por la calle no está mal visto pero sí hacerlo mientras caminas, si quieres comer te sientas. Las mujeres se tapan la boca al reír. En la calle no se puede fumar así que hay zonas de fumadores al aire libre y en los establecimientos. La verdad que no he visto muchas zonas para fumar y donde me alojo sólo se puede fumar en la terraza de 7a.m a 11pm. Pero es posible que no me haya fijado mucho. Tienen la manía de darle al botoncito para cerrar las puertas del ascensor y ya me he encontrado dos veces con la puerta en las narices y un montón de Gomen Nasai o Sumimasen (disculpas).
La basura es una odisea no sólo no hay papeleras en la calle, aunque sí muchos contenedores de botellas y latas, sino que cada barrio tiene su propio reciclaje. Debido a la superpoblación de Japón unido al alto consumismo y que la cantidad de basura generada es inversamente proporcional al espacio de la isla, el reciclaje es muy importante. En las casas particulares los tetrabrikes se secan, las botellas se separan de la etiqueta y el tapón se deja a un lado. Dependiendo del barrio hay un contenedor especial para botellas de plástico (PET), de vidrio, latas, revistas, periódicos, residuos combustibles y no combustibles etc. Así que no es difícil vernos a los occidentales con cara de tontos mirando a una papelera de la estación y preguntándote si algo es combustible o no.
La fruta tiene precios prohibitivo y eso quiere decir ¥7000 (50€) por un racimo de uvas para regalar, ¥3500 (25€) por un melón pequeño o ¥10000 (73€) por dos melocotones, un plátano, una naranja y un poco de uvas. A ver quien se queja ahora que la fruta es mala y cara en UK! El precio de la sandía cuadrada no estaba puesto, pero tampoco me atreví a preguntar. Es cierto que la he visto más barata en puestos callejeros, a unos 7 euros un racimo de uvas.
Y con esto acabo el rollo segura de que me dejo mil cosas en el tintero.