Una de ellas es la especie que para muchos dispara la temporada de lepidópteros, la náyade Celastrina argiolus. Como otros muchos licénidos, grupo al que pertenece, es una pequeña mariposa de color azul en el anverso; en este caso se trata de una hembra, que se puede distinguir por los bordes oscuros de las alas, bastante anchos.
Así me la encontré, reposando al sol y secando sus alas; inmediatamente se puso a volar y libar las flores, en este caso de vellorita, mostrándome su característico reverso blanquecino salpicado de puntos blancos. Esta mariposa presenta dos generaciones, la primera ahora en primavera y la segunda en verano.
La segunda especie que observé es del grupo de los piéridos, mariposas de colores blancos y amarillos. Se trata de una Pieris rapae, llamada blanquita de la col porque las larvas se alimentan de estas plantas crucíferas. En algunos lugares puede ser incluso una plaga.
Esta mariposa vuela a lo largo de casi todo el año en varias generaciones, de hecho el año pasado fue una de las últimas que observé por la zona de Bañugues, hasta el mes de noviembre. También pasa el invierno como pupa. También la pude ver libando en las flores, en este caso de Veronica.