He logrado identificar dos de estos primitivos libros. Son de los tempranos años de 1936 y 1941, uno de un artista español y el otro un chileno. Vamos por orden cronológico.
El caricaturista, y artista de vanguardia español Cardenio (que corresponde al seudónimo de José González) estando residiendo en Chile, trabajó para El Diario Ilustrado, y publica en Santiago el libro "Todo el mundo sabe que esto son diez dedos". Con un tiraje de 500 ejemplares numerados, en sus 50 páginas contiene 21 dibujos incluyendo el de la portada. El libro viene "pregonado por Ramón Gómez de la Serna y psicoanalizado por el doctor Ramón Clares". Ciertamente las caricaturas son avanzadas para lo que se hacía en Chile entonces, y probablemente es ese motivo el que hace calificar a alguien que sus trabajos en el diario eran "dibujos futuristas".
El segundo trabajo es del gran artista chileno, algo olvidado por su temprano fallecimiento, Jorge Christie M. Nació el año 1915, y todo apunta a que su primera aparición en una revista comercial fue en la revista “Topazin”, donde lo presentaron como un joven dibujante, el año 1935. Posteriormente lo vemos trabajar para la editorial Ercilla, en sus revistas “Chascón” y “Álbum Mickey”, donde Christie creaba y firmaba historietas con personajes de Walt Disney.
Uno de sus grandes logros es ser el autor de la primera tira cómica diaria completamente chilena publicada en El Diario Ilustrado (el mismo dónde trabajó Cardenio) desde el 6 de Abril de 1938. Se llamaba “Chu Man-Fú”, y era protagonizada por un mago chino, el abuelo y su hija, la bella Flor de Cerezo. La popularidad de esta tira fue muy grande. Esto llevó a Christie a publicar este libro, titulado "Álbum Chu Man-Fú No. 1", que sería la segunda obra de narrativa gráfica editada en nuestro país, en el año 1941 y que contenía 80 historietas diarias ya publicadas.
Su carrera sigue luego de forma intensa, hasta acabar súbitamente con su temprana defunción cuando aún no cumplía los 40 años. Falleció el 5 de mayo de 1954, según información recopilada por el historiador Jorge Rojas que visito personalmente su tumba.
La tira se publicó por más de diez años en El Diario Ilustrado, entre el 6 de abril de 1938 y el 2 de mayo de 1950, fecha en que termina sin explicaciones, correspondiendo la última tira a la número 4.178. En el libro se muestran episodios que comienzan con el 590 y llegan hasta el 797.
Dos muy tempranos trabajos que deben ser incluidos en la historiografía de la narrativa gráfica, y que hoy están perdidos aún en la bruma del tiempo.