CAPÍTULO 1
El amor es complejo, de todas las formas y colores. También es un poco canalla, le gusta el juego y el enredo y, si consigue engancharte, probablemente te gane la partida.
Algunas personas se enamoran de verdad después de meses de noviazgo; en otras, el amor es instantáneo y fugaz. Hay quienes aman despacio, con lentitud, dilatando cada instante, y quienes prefieren arder antes que consumirse lentamente. Si preguntas, muchos dirán que no saben en qué preciso instante se enamoraron, tienen la sensación de que ocurrió poco a poco. Otros, describen un flechazo directo al corazón: un momento preciso, único, grabado a fuego en su piel.
La primera vez que la vi, yo también sentí ese flechazo. Solo que no fue exactamente un flechazo, sino, más bien, un gancho con bastante potencia. Y tampoco fue en el pecho, sino en el estómago.
Vi estrellas, fuegos artificiales y luces de colores. Y, después, lo último que recuerdo antes de caer redondo fueron un par de ojos verdes abiertos de par en par, que me miraban con horror, como si yo acabase de dedicarla mi mejor gancho de derecha a ella, y no al revés.
También recuerdo la primera palabra que me dedicó.
-Mierda.
Luego, todo se volvió oscuro. 〉〉〉