La desesperación es un negocio muy boyante en manos de desaprensivos. Siempre lo ha sido. Falsos curanderos, desalmados, iluminados, oportunistas y otras variedades de la misma especie de seres despreciables que ven en el dolor ajeno, en los que sufren en primera persona o en algún ser querido, una oportunidad de hacer hucha fácil. Quiero dejar fuera de este elenco de delincuentes en potencia a aquellos que creen actuar de buena fe poseídos por el síndrome del “cuñao todólogo”. No obstante, en la mayoría de los casos hasta ahora descrito estoy refiriéndome al aprovechado individual, circunstancial…
Otra cosa es el oportunista sin el menor escrúpulo que, de forma organizada crea pequeños, o no tan pequeños, lobbies que al grito de “esta planta –kalanchoe pongamos por caso– o esta “sustancia milagrosa mineral” te cura TODO, absolutamente todo: cualquier tipo de infección viral, cualquier cáncer de los más de 200 tipos existentes –cada uno completamente distinto al otro- o cualquier afección “del cuerpo o del alma” hacen sus lucrativos negocios millonarios. También tenemos a los que pueden envenenarte –ya hay muertes verificadas– con un exceso de vitaminas innecesarias o los que, directamente, te dicen que tu cáncer es el resultado del enfado de tu padre cualquier noche años atrás… ¿Y las autoridades? Al parecer, ni se las ve ni se las espera. Tímidos intentos de regular las pseudoterapias que, en pleno siglo XXI, siguen quedándose en eso, intentos… Si es que… “la pela es la pela” ayer, hoy y siempre… Pero… ¿por qué traigo estoy hoy a colación?
Hablemos de negocios CON MAYÚSCULAS… Todos sabemos el potencial terapéutico de las células conocidas como madre –pluripotentes-. Después de décadas de investigación, todavía son, por desgracia, pocas las terapias que con base en la medicina regenerativa están contrastadas y en el mercado. Poco a poco, estoy convencido, irán saliendo más y más pero, claro, lo lógico es que primero se lleve a cabo la fase de ensayos clínicos y luego se establezca la terapia –ya sea pública, preferible, o como negocio en hospitales o empresas privados-. Hacer lo contrario es, simplemente, retorcer la legalidad, la ética y el código deontológico/hipocrático –que vienen a ser lo mismo-. Que una empresa, llamémosla X, quiera implantarse en un país ofreciendo tratamientos “para prácticamente cualquier cosa” en base a las milagrosas células madre asegurándote un 80% de probabilidad de éxito, haciéndote firmar que les eximes de cualquier obligación o responsabilidad si acabas estando en el 20% restante –donde, por cierto, suele acabar el personal, sin que, nuevamente, ninguna autoridad competente tome cartas en el asunto-, es del todo irracional, aunque, nuevamente, muy lucrativo… Afortunadamente, en su momento, la red TerCel pudo evitar la instalación de una de esas empresas en Madrid…
¿Y ahora? Pues ahora repetimos historia con la COVID-19. Concretamente, con la denominada Covid Persistente o “longcovid”. A día de hoy, no se sabe la razón última de que hasta el 20% de los que han sido infectados por el SARS-CoV-2 padezcan una pesadilla meses después de superada la infección. Es cierto que, al parecer, las nuevas variantes de Ómicron producen menos persistencia que las anteriores –Delta, por ejemplo-. ¿Posibles razones? Muchas y variadas –y no excluyentes-: que el virus persista en nuestro organismo, un problema de coagulación, inflamación crónica o, incluso, la presencia de ciertos anticuerpos que reaccionarían contra receptores neuronales, algo parecido a lo visto también con la denominada Fatiga Crónica. Están en marca muchos ensayos clínicos para verificar alguna –o varias- de estas hipótesis. Creo que varios hospitales españoles están llevando a cabo estos estudios. Sin embargo, nuevamente, al olor de la “chicha”, al olor de la desesperación de los pacientes que sufren las terribles consecuencias del longcovid, están floreciendo, de momento y que yo sepa, en varios países como Alemania o Chipre, clínicas que “a buen precio” te practican la aféresis, es decir, hacen circular tu sangre fuera de tu cuerpo mientras “filtran” aquello que se quiera eliminar: anticuerpos, plaquetas, citoquinas o el propio supuesto virus cronificado. Suena bien, ¿verdad? Aunque suena algo menos bien cuando la mayoría de los pacientes o bien dicen haber experimentado solo una “ligera” mejoría o directamente no han mejorado nada –bueno sí, algo sí sintieron… un “alivio” en sus carteras-.
Creo que el concepto es impecable: Primero, la investigación, la constatación, los ensayos clínicos supervisados –o incluso los tratamientos por uso compasivos también aprobados y supervisados-; luego, ya, si eso… hablamos de “la pela”…
Director de Cultura Científica del CBMSO
DIVULGACIÓN CIENTÍFICA DEL 15 de JULIO de 2022
ENTRE PROBETAS
ENTRE PROBETAS
El cuidado de la piel en verano
12/07/2022
Ya estamos en la estación preferida por la mayoría de los mortales -y odiada por alguna minoría, como el que les habla. El sol, su fuerza motora y, ya de paso, su peligrosa radiación actúa con total impunidad -si no le ponemos remedio. Precisamente, de esos peligros y de los remedios para disfrutar sin poner en peligro la vida de nuestros seres queridos hablamos esta noche con el dermatólogo José Luis López Estebaranz. En mujeres de ciencia hablamos de Hertha Ayrton. Con más noticias y la canción del invitado terminamos el programa.
…
ENTRE PROBETAS (25 minutos de intensa y entretenida ciencia). Radio 5
EL LABORATORIO DE JAL (Píldoras científicas en 3 minutos). Radio 5
MARCA ESPAÑA (A CIENCIA CIERTA) Radio Exterior de España
A HOMBROS DE GIGANTES RNE
FACEBOOK (José Antonio López-Guerrero)
FACEBOOK (Departamento de Cultura Científica -Centro de Biología Molecular)
TWITTER (JALGUERRERO)
TWITTER (DCCientificaCBM)
LINKED-IN (Jal Guerrero)
The post Primero los ensayos clínicos y luego el negocio first appeared on Bio (Ciencia+Tecnología).