Sin embargo, si puedo afirmar con rotundidad que mi primer gran amor literario jamás me ha traicionado con sus recuerdos. Es más, cada vez que he vuelto a él, me ha regalado nuevas satisfacciones. Y aprovechando que he leído hace un rato que hoy es el día mundial de leer a Tolkien, me ha apetecido volver a una secuencia memorable y no demasiado obvia. No es que sea yo muy fan de los días de tal o cual historia, pero oye, nunca es mal momento para releer palabras como estas:
Dan ganas de seguir unas páginas, ¿verdad?