Primeros amoríos, ¡cuánto tenemos que aprender de los niños!

Por Belen

En pocos días llegará la primavera, y con ellas las flores, los árboles despertando, los niños correteando y… ¡el amor! Hoy quiero hablaros de amores, de niños y de lo mucho que tenemos que aprender de ellos. Por qué será que a medida que cumplimos años nos volvemos así,… ¡adultos! ¿Será verdad eso de que perdemos neuronas?
Los que me seguís desde hace tiempo seguro os acordaréis que mi hijo tiene un amorcito desde que comenzó el colegio. La cosa empezó allá por primero de Infantil, a sus 3 dulces e inocentes años. Aquella chica pizpireta, risueña y algo chicazo le cautivó desde el minuto uno. Jugaban juntos dentro del cole y poco a poco fueron también compartiendo tardes de parque, celebraciones de cumpleaños y fines de semana. Eran tal para cual.
En segundo de Infantil, 4 años, empezaron a oírse los primeros rumores de noviazgo. Sonrisas pícaras y amiguitos más espabiladillos que ellos fueron dejando caer que ¡eran novios! Y ellos no negaron los rumores, ya se sabe que el que calla otorga