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Yo debería empezar este post con alguna frase tipo: “exclusiva mundial para las lectoras de Compritas” o “las lectoras de Compritas son las primeras en saber…” o “Compritas tiene la primicia…”
Pero no. A mí lo que me sale es otra cosa. Lo que me sale es contaros que mientras en Internet se están haciendo porras sobre si los vestidos de las infantas -para cuando leáis esto, Princesa de Asturias e Infanta Sofía- serán de Nanos o de Pili Carrera, mi lengua chorrea sangre de tanto mordérmela para no traicionar la palabra dada: no diré ni mu sobre la autoría de los vestidos hasta que éstos no se vean en público.
Y ahora que se han visto, ¿queréis que os cuente más cosas sobre ellos?
Pues bien, si vosotras estáis leyendo este post es que la Princesa Leticia con “z” -para vosotras ya Reina Letizia- no ha cambiado de opinión en el último momento y ha vestido a sus hijas con los vestidos que han confeccionado las mismas manos que confeccionaron los que aparecen en estas imágenes que ya son imágenes para el recuerdo:————
Y es que Doña Leticia con “z” ha recurrido una vez más -aunque hacía tiempo que no lo hacía- a las manos artesanas de dos asturianas que, por más que les insisto, no quieren salir ni de su anonimato ni de su pequeño taller al que les llegó el encargo de Zarzuela.
Solo dos indicaciones tuvieron que tener en cuenta a la hora de ponerse a diseñar: la Princesa quería dos vestidos iguales pero en diferente color y los quería con manga francesa lo cual, personalmente, me parece una buena opción dado el carácter solemne del acto en el que se van a lucir.
El resultado de su trabajo es el que ya ha visto medio mundo -y yo me alegro infinito por ellas- y cuyos detalles son los que os cuento a continuación.
El vestido de la Infanta Leonor es color maquillaje mientras que el de la Infanta Sofía es verde. Ambos están confeccionado en seda natural brocada con mezcla de algodón.
El diseño es bastante sencillo: manga francesa con una pequeña abertura, cuello caja, tres tablas delante y tres detrás y se abrochan con cinco pequeños botones en la espalda.
Como adorno llevan cintas de grosgrain de unos tres centímetros de ancho en la misma gama de color que cada uno de los vestidos. Estas cintas se rematan con lazos zapatero dobles.
Por último, junto con los vestidos se han enviado unos pequeños broches de hortensias secas que se pueden poner en la cintura, en el escote, en el pelo o, sencillamente, pueden no ponerse. Como este post se ha escrito unos días antes de su publicación no tengo ni idea de qué habrá pasado con las hortensias. Lo descubriremos todas a la vez.
Por mi parte no tengo nada más que contaros. Me despido pensando en que el día 19, a eso de las diez y media de la mañana, publicaré este post y tendré la satisfacción de haber dado a mis lectoras, en rigurosa primicia, una información que, estoy segura de ello, estáis deseando conocer.
¡Ah! Lo más importante. Si mis queridas asturianas están leyendo estas palabras es porque todo ha ido sobre ruedas y no ha habido cambios de última hora. Por lo tanto, ¡ENHORABUENA!, me alegro infinito y, por favor, id enfriando la sidra que hay mucho por lo que brindar: por Felipe VI, por la Reina Letizia que ha pensado en vosotras, por la Princesa de Asturias, por la Infanta Sofía -me da pánico que nos olvidemos de ella- y, sobre todo, por vosotras que bien os lo habéis ganado. GRACIAS.
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