Y es que lo que estamos viviendo estos días con la candidatura del terrorista Arnaldo Otegi es de vergüenza, y más todavía las justificaciones y críticas al Estado y sus leyes por parte de miembros de la ultraizquierda que llegan a calificar de cacicada que se cumpla con la legislación vigente. Yo entiendo las simpatías que en parte de la extrema izquierda siempre han levantado los separatistas vascos y el entorno de la organización terrorista ETA, porque al fin y al cabo son primos hermanos en el ámbito ideológico, pero de ahí a justificar lo injustificable va un trecho. Aunque de quien considera a un terrorista como su amigo poco se puede esperar… Ahí tenemos a Pablo Iglesias y su formación Podemos, defendiendo el supuesto derecho de Otegi a encabezar la lista por Guipúzcoa al Parlamento Vasco y hablando de falta de democracia en España. Pero a Iglesias lo justifico, siendo hijo de terrorista es normal su empatía con esta gentuza. Al que me cuesta más justificar es a Alberto Garzón y su tweet en el que defiende como cacicada la prohibición de que Otegi se pueda presentar a las elecciones, por estar condenado y diciendo que es algo “impropio de un país que se dice democrático”. ¡Toma ya! Estos son los referentes de la extrema izquierda de nuestro país. Y como se descuide el PSOE de la izquierda. Y Garzón, según las encuestas, es el político más valorado de nuestro País. Pues nada. Eso sí, el diputado malagueño ni pío de los ataques a la oposición en Venezuela o de la inexistencia de esta en su querida Cuba, porque para él esos si son verdaderas democracias. Vivir para ver…
Y es que lo que estamos viviendo estos días con la candidatura del terrorista Arnaldo Otegi es de vergüenza, y más todavía las justificaciones y críticas al Estado y sus leyes por parte de miembros de la ultraizquierda que llegan a calificar de cacicada que se cumpla con la legislación vigente. Yo entiendo las simpatías que en parte de la extrema izquierda siempre han levantado los separatistas vascos y el entorno de la organización terrorista ETA, porque al fin y al cabo son primos hermanos en el ámbito ideológico, pero de ahí a justificar lo injustificable va un trecho. Aunque de quien considera a un terrorista como su amigo poco se puede esperar… Ahí tenemos a Pablo Iglesias y su formación Podemos, defendiendo el supuesto derecho de Otegi a encabezar la lista por Guipúzcoa al Parlamento Vasco y hablando de falta de democracia en España. Pero a Iglesias lo justifico, siendo hijo de terrorista es normal su empatía con esta gentuza. Al que me cuesta más justificar es a Alberto Garzón y su tweet en el que defiende como cacicada la prohibición de que Otegi se pueda presentar a las elecciones, por estar condenado y diciendo que es algo “impropio de un país que se dice democrático”. ¡Toma ya! Estos son los referentes de la extrema izquierda de nuestro país. Y como se descuide el PSOE de la izquierda. Y Garzón, según las encuestas, es el político más valorado de nuestro País. Pues nada. Eso sí, el diputado malagueño ni pío de los ataques a la oposición en Venezuela o de la inexistencia de esta en su querida Cuba, porque para él esos si son verdaderas democracias. Vivir para ver…