Ayer llovió torrencialmente por aquí y la temperatura bajó 20 grados.Fue un verdadero alivio tener un techo donde cobijarme y unas ropas para revestir mis desnudas carnes. Salí a la compra y adquirí 3 kilos de patatas, 2 de tomates y 1 de ciruelas que alivian mucho el estreñimiento. Total, 6 euros. Después, compré una barra de pan, 70 céntimos. O sea que ayer pude comer lo suficiente para subsistir y por la noche, tomé mi renitec max, lo que indudablemente me permite continuar viviendo y mi mujer otro montón de medicinas entre las cuales, una, el exelon, vale en farmacias sin receta de la SS ni más ni menos que 200 euros, 34 mil de las antiguas pesetas.
Cené pan y tomate, como en mis lejanos tiempos de juventud y ahora he despertado muerto de hambre.Todo esto me ha hecho rememorar cuando estudiaba Derecho en Murcia, en una habitación realquilada, que un día perdió un cristal y no lo pude reponer y que otro me cortaron la luz por falta de pago.O sea, mis queridos lectores, que mi vida no es ni ha sido nunca fácil pero que ya estoy acostumbrado.Pero ahora tengo miedo. No soy tan inconsciente como para no pensar que nuestra vida, la de mi mujer y la mía, depende, sobre todo, de la SS puesto que vivimos a expensas de mi pensión mensual, 1.400 euros, y de las medicinas que ésta nos proporciona y, sin las cuales, no sobreviviríamos ni un sólo día más.Así las cosas, si Zp se hubiera rebelado frente a Merkel y Sarkozy hace ya algún tiempo que estaríamos intervenidos y la SS tal vez se hubiera ido ya al carajo y mi mujer y yo no sólo no tendríamos para comer sino que la ausencia de las medicinas que nos mantienen vivos hubiera producido, a no dudarlo, sus efectos.O sea que, para nosotros, todo lo que está haciendo Zp es una cuestión de absoluta supervivencia y yo, que, como ya he dicho miles de veces, no soy socialista sino comunista, me considero bien nacido y, por lo tanto, se lo agradezco.Está bien que toda esa gente que no vive tan apurada, cuyos mayores problemas son Belén Estaban o Cristiano Ronaldo, vea las cosas de otra manera, pero para nosotros, la vida es esto, una lucha a muerte para sobrevivir.Y que venga un Artur Mas cualquiera, creo que Rajoy aún será peor, y corte el agua de ese pequeño grifo que, todavía, nos sostiene nos aterroriza, porque yo ahora comprendo como nunca aquello del clásico “primum vivere, deinde filosofare”, primero, vivir, después, pensar.Entonces que los señores diputados que dicen que nos representan se enzarcen discutiendo si obedecemos o no al binomio Merkel y Sarkozy, que fueron los que ordenaron a Trichet que comprara 4 mil millones de nuestra deuda soberana gracias a los cuales me pagaron mi pensión y he podido sacar de la farmacia esas medicinas por las que sobrevivo, me parece una discusión absolutamente bizantina porque yo quiero, necesito vivir.Así están las cosas para esa octava parte de nuestra nación que vive como nosotros o todavía peor y a los que los belenistas o ronaldistas incluso es posible que miren con absoluto desprecio como lo que somos, los parias de una sociedad de consumo que se ha deshumanizado totalmente.Pero, como decía uno de mis más viejos maestros, yo no sólo vivo sino que acudo aquí todos los días a defenderme de la mejor manera que puedo, echándoles en cara a todos esos hijos de puta que no les es lícito jugar con los que ya estamos casi muertos porque la vida, y la muerte, que no son sino lo mismo, es una cosa muy seria, aunque en su inhumana locura ellos todavía no lo sepan, pero algún día lo sabrán, de eso estoy tan seguro que es lo único que me reconforta.De modo que dejen todos ustedes de jugar con estas cosas que son, se lo juro, demasiado serias.Y pongámonos todos a trabajar como yo lo hago todos los días, a mis 82 años cumplidos, porque nos va en ello mucho más de lo que los insensatos belenistas y ronaldistas piensan, porque no hay más cera que la que arde y esto, que ahora me ocurre a mí, mañana, todo lo más, pasado, si esto sigue igual, les va a ocurrir también a ellos y a lo peor, entonces, ya no tiene remedio y serán, no lo duden, por lo menos otros 40 años de piedra.Y perdonen, se lo ruego, este pequeño desahogo de hoy pero es que es muy duro vivir así, como nosotros lo hacemos, en medio de tanta miseria moral como nos rodea.