Estamos viviendo una etapa con los tipos de interés rozando el cero por ciento. Y eso afecta claramente a la remuneración de los productos de pasivo. De entre los productos financieros existentes en el mercado, ¿sabrías decir cuál es la diferencia entre depósitos y cuentas remuneradas?
La continua reducción de los tipos de interés parece no tener fin. El recurso clásico de los ahorradores más conservadores ha perdido el protagonismo que tuvo en el pasado. Las limitaciones establecidas por el Banco de España, unidas a un tipo de interés oficial del dinero virtualmente cero, los motivos de las entidades bancarias para ofrecer depósitos de alta remuneración han desaparecido casi totalmente.
Las cuentas remuneradas comienzan a destacar sobre los depósitos
Sin embargo, la banca española es consciente de que los ahorradores están deseando encontrar productos conservadores que les puedan ofrecer la rentabilidad suficiente como para evitar la merma producida por la inflación. Es aquí donde han entrado en juego las cuentas remuneradas. Ya hace años EVO lanzaba su cuenta Inteligente remunerada, para poco después ver como Bankinter ofrecía su cuenta de ahorro Coinc con la mayor rentabilidad ofrecida hasta la fecha. No podemos olvidar la ya clásica cuenta Naranja de ING, con la que la banca holandesa se haría un hueco en España hasta consolidar una posición bastante saludable. El resto de las entidades bancarias se han resistido durante un largo tiempo; sin embargo, los movimientos más notables ya comenzaron el año pasado, de la mano de la cuenta 1/2/3 del Banco Santander, así como la cuenta Expansión Plus del Banco Sabadell. El propio BBVA tuvo una tímida inmersión en el mundo de la remuneración con una promoción temporal para el público más joven.
La oferta de estos productos responde a una clara estrategia por parte de las entidades que los promocionan. En lugar de centrarse en captar el ahorro de los españoles, se busca la captación de sus nóminas o pensiones, así como otro tipo de vinculaciones, como son la domiciliación de recibos o el uso de las tarjetas. Ahora bien, ¿cuáles son las principales diferencias entre las cuentas remuneradas y los depósitos?
Descubre las diferencias entre cuentas remuneradas y depósitos
#1 Diferente remuneración
Tradicionalmente, los depósitos han ofrecido una remuneración más elevada que las cuentas remuneradas. Esto se debía al hecho de que la contratación de un depósito supone la inmovilización del capital durante un determinado plazo. Ese factor hacía que las imposiciones a plazo se beneficiaran de una mayor remuneración. Sin embargo, en los tiempos que corren, los bancos no necesitan de la captación del ahorro de los españoles, por el simple hecho de que pueden tomar prestado dinero del Banco Central Europeo a precios literalmente ridículos. Esto ha inclinado la balanza a favor de las cuentas remuneradas, las cuales son un vehículo de vinculación mucho más interesante para los bancos, pues admiten domiciliaciones y otro tipo de operativas. Es por eso que, actualmente, las cuentas de ahorro tienden a contar con tipo de interés más elevados que el de la mayoría de los depósitos.
#2 Capital remunerado
Aquí es donde los depósitos siguen conservando cierto interés como producto de ahorro. Si bien todos los depósitos cuentan con un importe máximo a depositar, los límites suelen ser mucho más holgados que el de las cuentas remuneradas. Tal es el caso de la cuenta 1/2/3 del Banco Santander con un límite de 15.000 euros a remunerar en 3 franjas distintas, o la cuenta Expansión Plus del Banco Sabadell, que remunera los primeros 10.000 euros. Lo mismo ocurre con la cuenta nómina Bankinter, cuyo máximo a remunerar es de 5.000 euros y su cuenta de ahorro online Coinc, que abona intereses hasta los 50.000 euros. Por supuesto, también hay excepciones a esta regla y no se establecen límites máximos a remunerar. Sin embargo, suele tratarse de cuentas con una operativa más bien limitada, como es el caso de la Cuenta Naranja de ING Direct. Por supuesto, también hay excepciones más extremas, como la cuenta EVO o la cuenta remunerada Openbank, las cuales no establece límite máximo al capital remunerado.
Por otra parte, también cabe mencionar que, muchos depósitos establecen un importe mínimo, mientras que la mayor parte de las cuentas remuneradas no exigen contar con un saldo mínimo alguno. De nuevo, podemos observar excepciones a esta regla en ambos casos. Es decir, existen bastantes depósitos que no establecen un importe mínimo a poner a plazo fijo; y también encontramos cuentas en las que es necesario contar con un saldo mínimo si queremos optar a remuneración alguna. Tal es el caso de la cuenta 1/2/3 del Banco Santander, la cual comienza a remunerar el saldo por encima de los 1.000 euros, o la cuenta EVO, cuya remuneración está reservada al saldo que supere los primeros 3.000 euros.
#3 Liquidez y disponibilidad del capital
Mientras que los depósitos a plazo fijo implican que debamos renunciar a disponer de nuestro dinero durante el plazo acordado, las cuentas remuneradas suponen una completa disponibilidad de nuestros ahorros en cuenta. Se trata de una diferencia muy notable, dado que en el caso de los depósitos, si queremos proceder a una cancelación anticipada, es muy probable que suframos una penalización que puedes alcanzar la totalidad de los intereses generados. De nuevo, podemos apreciar alguna honrosa excepción, como es el caso del depósito de bienvenida de ING Direct, cuyos intereses generados no sufren penalización alguna ni por una cancelación parcial, ni por la cancelación total del mismo.
#4 Operativa y domiciliaciones
Mientras que los depósitos son productos totalmente cerrados que impiden la realización de cualquier tipo de operativa que afecte al importe dispuesto, las cuentas remuneradas tienden a admitir todo tipo de domiciliaciones y operaciones bancarias, como pudieran ser las transferencias o el pago de recibos. Aquí debemos matizar que nos estamos refiriendo a aquellas cuentas que implican la domiciliación de una nómina, pensión, ayuda de desempleo o ingreso regular. En el caso de cuentas remuneradas de operativa limitada, la domiciliación de recibos, etc. están totalmente descartadas. A cambio, no se suele exigir ningún tipo de vinculación. Este último tipo de cuentas remuneradas eran, de hecho, una excelente alternativas a los depósitos hasta la llegada de las denominadas “cuentas nómina” remuneradas.
#5 Condiciones de vinculación
Aquí podemos apreciar una variedad de casos, si bien la regla general es que los depósitos no exijan otros compromisos con nuestro banco, mientras que las cuentas remuneradas soliciten la domiciliación de nóminas y recibos, el uso de la tarjeta e incluso la conservación de un saldo medio mensual.
Tal como mencionábamos, podemos encontrar excepciones, como por ejemplo, los depósitos de bienvenida, únicamente reservados a nuevos clientes, o los depósitos especiales, como el depósito bonificado nómina del banco Popular, para cuya apertura es necesario domiciliar en nuestra cuenta de la propia entidad la nómina o pensión, así como 3 recibos del hogar. Lo mismo podemos decir de las cuentas remuneradas clásicas, como ING, las cuales no exigen otras vinculaciones aparte de la apertura de la cuenta en sí misma.
#6 Temporalidad de la remuneración
En este caso, la diferencia está bastante clara. Los depósitos tienen por su naturaleza una duración previamente acotada en el tiempo. Otro asunto es el hecho de que dichos depósitos puedan ser renovados automáticamente o no. Por el contrario, la mayor parte de las cuentas remuneradas, ofrecen dicha remuneración de forma indefinida. Ahora bien, eso no significa que el interés al que se remunera el saldo de la cuenta no pueda variar en el tiempo, algo que está descartado en el caso de un depósito per sé (no se incluyen los depósitos referenciados a una cotización bursátil). Por supuesto, no podían faltar las excepciones, de entre las cuales, la más destacada es la de la cuenta nómina Bankinter, la cual se remunera al 5% y al 2% durante el primer y segundo año respectivamente. Liberbank sigue la misma fórmula remunerando al 2% sólo durante los dos primeros años desde la apertura de la cuenta.
Como se puede apreciar, diferencias entre los depósitos y las cuentas remuneradas son más que notables. La clave está en saber encontrar un equilibrio entre las características de unos y otras.
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