Me propongo, querido lector, aclarar, diferenciar, objetivar, qué son los principios y los valores de la motería, de los moteros, del fascinante mundo de rodar por ahí.
¿Cuáles son los principios de la motería? ¿Desde dónde se es motero? Los principios son los inicios, son el lugar desde donde se hace o desde donde se es. Cuando te planteas comprar una moto y ser un motero, trasladarte o simplemente rodar en una moto, tienes que hacerlo desde algún sitio, aunque no seas consciente de ello. Ya lo descubrirás. No hace falta ser consciente de las cosas cuando las hacemos. Ya vendrá la vida y nos dirá por qué lo estábamos haciendo. Eso es cuestión de paciencia.
Por ejemplo, un principio de la motería, del ser motero, es el respeto. El lector puede pensar que el respeto no es propio o exclusivo de los moteros, y tendrá razón al pensar eso, porque el respeto es propio de cualquier persona en cualquier actividad, y eso es cierto. Los principios son universales, lo que pasa es que si los aplicamos al mundo de la moto, si los subjetivamos a este mundillo, lo convertimos en máximas irrenunciables. Es como la amistad, que es algo universal. O el ayudar a los demás o la solidaridad.
Quiero señalar que en el caso de la solidaridad, ésta es considerada por tanta gente como un valor y no como un principio, cuando en realidad la solidaridad no es algo que aportamos a una actividad sino que es un motivo, un principio a partir del que hacemos las cosas. ¿Qué es lo que pasa? Pues pasa lo que ocurre con tantas cosas de este siglo líquido que nos ha tocado vivir. También se dice que el diputado representa a las personas que le han votado y no es cierto, porque la Constitución dice que cada diputado representa a todos los españoles, por ejemplo. Son cosas de la postverdad, esa que nos trae de cabeza a los que fuimos educados con otros parámetros sociales y que nos impide casar plenamente con lo nuevo que surge. Por eso, mucha gente dice que la solidaridad es un valor cuando en realidad es un principio.
Los principios de un motero, las leyes naturales que funcionan en las personas que motean por ahí, la honestidad, el servicio a los demás moteros, la escucha, la espera, la paciencia, el ceder, la prudencia, la confianza, son elementos irrenunciables hasta tal punto que no seríamos moteros sin no aspirásemos a hacerlos nuestros. Yo siempre digo que el gilipollas de la RR que te adelanta en una curva en prohibido a ciento ochenta no es un motero porque no comparte, no conduce, no motea desde un principio válido sino que lo hace desde su propio egoísmo.
Por otra parte, pienso que los valores son eso que añadimos a una actividad. Los valores son ese conjunto de cosas que crean nuestro estilo personal. Todo eso que aportamos a la actividad, todo eso que aportamos a la relación con los demás, todo eso que impregna nuestro comportamiento y que contagia y salpica a los demás. Son ese polen que se les pega a los insectos y que van dejando por ahí cuando vuelan de aquí para allá.
Los valores forman parte de nuestra filosofía de vida. Yo me tomo las cosas así o asá, me visto de esta u otra manera, y eso me hace ser diferente. Cada uno participa de una serie de valores. Cada motero, cada persona, elige esa otra aportación personal que implementa en su actividad, en este caso montar en moto.
En el caso del mundo empresarial, explicar los valores es algo muy sencillo. Un valor de la empresa Mercadona, por ejemplo, es que siempre tienen aparcamiento, Un valor de El Corte Inglés es que, si no quedas satisfecho, te devuelven tu dinero. Un valor del Atlético de Madrid es el trabajo en equipo, pase lo que pase.
Un valor de la motería, del ser motero, podría ser el ahorro de tiempo porque puedes llegar antes a los sitios. En un entorno urbano son miles de moteros los que se filtran por el tráfico para llegar antes a su trabajo o a su casa. Son moteros porque llegan antes. En este caso el valor de ser motero es el tiempo que ahorras moviéndote con un artilugio de dos ruedas. Si nos centramos, en este caso, en la marca Harley-Davidson, un valor puede ser el estilo de vestir o la experiencia y los sueños a los que puedes aspirar con una Iron bajo el culo, por ejemplo.
Tomarse un café a doscientos kilómetros de casa es algo que no hace casi nadie. Si te quieres tomar un café, te lo haces en casa o te bajas al bar de atrás y lo pides. O llamas a los amigos y vais al centro. Esta simple actividad, el café, se convierte en algo especial si eres motero, porque no te planteas tomártelo en casa, ni en el bar de abajo ni en el centro. Te tomas un café en Atienza, que está a no sé cuántos kilómetros. Necesitas varias horas para ello. Es una actividad nada eficiente. Eso sí, la eficacia para tu ser motero es plena. Por principio motero, el café te lo tomas lejos.