Dejar de pensar en todo ha sido una ilusión pasajera, donde tan solo por un momento has hecho que mi vida tenga sentido o tuviera sentido solo en el instante en que tu piel rozo la mía. Tan solo ese segundo donde el tiempo se perdió en la nada, ahí justamente donde me quede petrificada en la burbuja imaginaria de mi alma en ese sueño del que no he podido despertar, tan solo porque no soy capaz de entender que eres un capricho tonto e irónico que se encuentra formado en mi mente, aquella que se ha vuelto tan loca como yo misma, porque está harta de ver tu imagen de aquel rostro perfecto sonreír, como una eterna reproducción repetidamente tormentosa dentro de mi cabeza.
Porque mis labios piden los tuyos, para sentir como con un beso lo que implica solo la unión de nuestros labios, un beso donde nos fundimos para formar un solo ser más allá de lo superficial porque sentir todo lo que siente más allá del bien y el mal , mas allá de lo imaginario, incluso sobre yo misma.
Y tratar de hacer entender, que solamente he sido una tonta e incrédula, y que todo dentro de ese paraíso es más de lo que he sabido siempre, que es tan real como mis suspiros ahogados muy dentro de mi pecho, pecho totalmente hueco, vacío y tan solo como el espacio interminable donde otra vez estoy presa, ahí donde llorar es lo único que podemos hacer, porque la felicidad está prohibida.
Y no me queda más remedio que quedarme sentada esperando el momento en que mis lágrimas se terminen de esfumar, ahí donde permaneceré atada por toda la eternidad, porque he sido condenada a la soledad, soledad de la que me he enamorado una vez más, jugado con mis sentimientos y hacerme ver que me he vuelto tan loca, incluso más de lo que me había temido.
Porque decidí darme por vencida y yo misma he roto las alas liberales de mi alma, para azotarme contra el piso y me he aferrado a él, negándome la posibilidad de seguir andando, solo por el simple hecho de no tener razón para vivir.