Cada vez más, las redes sociales recaban datos que quedan registrados en servidores incluso una vez borrada la cuenta, como los mensajes privados, o las listas de amigos que quedan inactivas hasta que vuelves a registrarte y «¡eureka!» todos tus contactos en sugerencias de amigos.
La única manera de estar 100% seguro de que tu privacidad no va a ser violada es prescindir completamente de internet, pero como eso no es posible ni conveniente, debemos seguir una serie de estrategias para minimizar el daño. Subir a las redes sociales solo lo que no nos importe que sea público (incluso poniéndolo en modo privado, queda registrado), evitar las páginas webs engañosas o los banners publicitarios que ofrecen descuentos y « regalos milagro», no fiarse de correos basura, asegurarse de que la página es segura al pagar con tarjeta de crédito…