Privilegios

Publicado el 18 septiembre 2012 por Molinos @molinos1282
Esperanza ha dimitido.
Habrá quien haga la ola, de palmas con las orejas y se sienta un poco rollo la liberación de Paris porque la considera un mal bicho, habrá quien se sienta compungido y desamparado porque la considera una súper líder y habrá a quien le de completamente igual porque hace tiempo que la despeñó por el barranco de la indiferencia.
Dimitir no es un hecho bueno en sí mismo. En España es un hecho insólito y como ocurre tan poco, hay voces que dicen “ha dimito, aquí no dimite nadie y ella sí”, como si fuera un mérito.
¿Qué tiene de meritorio que dimita?
Nada.
Pensándolo bien, es un privilegio. Otro más de los que tienen los políticos. No todos, los políticos “puros”, esos que no han hecho nada más en su vida más que estar ahí, esos a los que llaman “animales políticos”.
Dimitir como lo ha hecho Esperanza es un privilegio. Es otra prueba más de que por mucho que se llenen la boca con el plural comprensivo “nosotros los ciudadanos” “nosotras las mujeres” “nosotras las madres”, son de otra galaxia, de otro planeta y no tienen ni idea de lo que es la vida real.
He leído por ahí los motivos de su dimisión. Dan muchos y variados, pero todos y cada uno de ellos no hacen más que demostrar mi teoría de que viven en otro planeta.
Resulta que hace un año, su máxima aspiración vital era ser Presidenta otra vez, una campaña electoral superagresiva porque quería ser elegida fuera como fuera. Es elegida, con un mandato para 4 años. Te presentas para 4 años. No es que fuera sorpresa que la eligieran y le dijeran “Eh, Espe...que esto es para 4 años”. No, ella sabía a qué se presentaba. Adquirió una responsabilidad, se comprometió por 4 años…y con eso se llenaba la boca...
Ahora “está cansada y cree que ha llegado el momento de dejarlo”. ¿Qué está cansada? ¿Que está cansada? Ella y ¿cuantos más de los que trabajamos? ¿Cuanta gente hay que todos los días se levanta dice “estoy agotado” y cuenta los años que le quedan para jubilarse?
“Ha perdido la ilusión por el proyecto”. Me descojono. Ahora resulta que para ganarte el sueldo hay que tener ilusión por el proyecto. No me jodas. ¿Cuanta gente va todos los días a un trabajo que no es que no le haga ilusión si no que le hace llorar?
“Tiene muchos desencuentros con su jefe. No está de acuerdo con sus decisiones”. …vaya por Dios. Pobrecita. Su jefe hace cosas sin consultarle, se pasa sus opiniones por el forro, prefiere a otros y no le pasa la manita por el lomo. Poooobre Espe.
“Quiere estar con su familia”. Estupendo. La vida familiar es lo más importante, todos lo sabemos. Es más, hay hordas de gente a la que le gustaría pasar más tiempo con su familia.
¿Estoy criticando a Espe por dimitir? No. Está en su perfecto derecho y ni me va ni me viene. Me da exactamente igual.
A lo que me refiero, es que no es una heroína ni un ejemplo a seguir, ni una cumbre de coherencia personal ni nada por el estilo.
Es una privilegiada. Que porque ha perdido la ilusión, se ha peleado con su jefe, está cansada y quiere pasar más tiempo con su familia, puede bajarse de la responsabilidad adquirida que ella había querido, llegar un lunes al curro y decir...”Pues no respiro y lo dejo”. Porque si, porque puede permitírselo.
Porque todos pensamos muchas veces que estamos hartos de nuestro curro, no nos acordamos de lo que era la ilusión por el curro, nuestro jefe es imbécil, estamos agotados y nos encantaría pasar más tiempo con nuestras familias…pero entonces vemos el Excel en el techo del cuarto...vemos los ingresos y los gastos y apretamos los dientes y seguimos currando.
No perdamos el criterio, dimitir es solo para privilegiados.