Proactividad: El paradigma de la autoconciencia

Por Andrés Cuevas Mesa @acuevascoach

La proactividad es un paradigma que logra sacar a la luz la verdadera naturaleza ilimitada del ser humano. Es un método que busca la confluencia de factores decisivos como los valores, la responsabilidad y la conciencia; redefiniendo así el marco de posibilidades con la que la persona puede moldear su actitud, comportamiento y compromiso. La proactividad mejora sensiblemente nuestro potencial personal, ya que maximiza nuestras fortalezas y virtudes consiguiendo un mejor desarrollo y desempeño.

Nuestro comportamiento se puede dividir en dos modelos que lo sustentan: El modelo reactivo y el modelo proactivo. El modelo reactivo responde a una visión determinista de la realidad, es decir, la realidad de lo que me sucede viene determinado por una serie de patrones (biológicos, psíquicos y ambientales) que impiden controlar mi actitud y mis sentimientos que se derivan de ella. Dentro de este modelo estamos perdidos, debido a que el control de lo que somos y lo que queremos está en manos de un tercero, la realización se torna difícil ya que dependemos de que todos los factores externos funcionen de manera perfecta, algo que de hecho es irrealizable.

El modelo proactivo, sin embargo, propone una visión radicalmente distinta, no se trata sólo de tener iniciativa como muchos la entienden, ésto supone una parte del todo. Lo importante de este modelo es que aplica la autoconciencia, entendida como libertad interior de elegir el desenlace que queremos. Este cambio de perspectiva produce un cambio cualitativo en la responsabilidad con la que asumimos lo que nos acontece. Nuestra conducta es fruto de nuestra priopia elección consciente, se basa en valores, y no es producto de las condiciones ni está basada en el sentimiento.

La capacidad para subordinar los impulsos a los valores es la esencia de la persona proactiva. Las personas reactivas se ven impulsadas por las por sentimientos, por las circunstancias, por las condiciones, por el ambiente. Las personas proactivas se mueven por valores: valores cuidadosamente meditados y seleccionados que propicien la visión de la realidad que la actitud proactiva busca. La proactividad brinda liderazgo y autocontrol a la persona que la ejercita, se rige por la voluntad independiente de querer manifestar unos resultados específicos y su consecución depende únicamente de la responsabilidad con la que se asumen los mismos.

Las personas que ejercitan día tras día su libertad la van ampliando poco a poco hacia nuevos horizontes. Aquellas que no lo hacen ven debilitarse su libertad hasta que dejan de vivir y literalmente “son vividas”. Somos responsables de nuestra propia efectividad, de nuestra felicidad y de la consecución de aquellas situaciones que queremos manifestar. El compromiso es otro factor vital dentro del desarrollo de la proactividad. El compromiso tiene como pilar los valores y la integridad, y fruto de este binomio podemos producir resultados más poderosos y conscientes.

La proactividad, por tanto, debe ser una de las actitudes clave que debemos adoptar en orden a conseguir una mayor eficacia en los diversos campos de la vida. El compromiso, la integridad y la conciencia nos proporcionarán los requisitos fundamentales para manifestar nuestros propósitos y elegir adecuadamente lo conveniente en cada momento. Convirtámonos en personas capaces de encontrar la solución, de ser resolutivos y anticiparnos a las cuestiones importantes. Tenemos el poder de manifestar nuestros más profundos anhelos. Somos los responsables de los sucesos que acontecen en nuestra existencia. La batuta es nuestra.

“La fuente de la alegría debe brotar de nuestro interior, y quien conozca tan poco la naturaleza humana como para buscar la felicidad en cualquier cosa que no sea su propia disposición, malgastará su vida en esfuerzos infructuosos y multiplicará las aflicciones que se propone suprimir”

(Samuel Johnson)