Probablemente el antiguo Marte fuese demasiado frío para albergar agua líquida

Por Cosmonoticias @Cosmo_Noticias

Un análisis sugiere que la atmósfera del planeta era demasiado delgada para mantener su superficie caliente durante mucho tiempo.

Los cráteres de Marte esconden las pistas sobre las condiciones medioambientales antiguas del planeta. Crédito: Antoine Lucas/ NASA/ JPL/ Univ. Arizona

Una investigación publicada en la revista Nature, sugiere que probablemente la atmósfera de Marte nunca fuese lo suficientemente gruesa como para mantener las temperaturas en la superficie del planeta por encima de cero a largo plazo. Aunque la topografía del planeta indica que el agua líquida ha inundado Marte en un pasado remoto, la evidencia sugiere cada vez más que esos episodios reflejan hachos ocasionales, y no una fase consistente de habitabilidad para la historia del planeta.

Los indicios de agua que fluía en Marte incluyen: capas de sedimentos que presuntamente han sido establecidas en los lagos antiguos, así como cañones escarpados y tierras bajas, aparentemente esculpidas por las inundaciones masivas. Esto ha llevado a los investigadores a sugerir que el planeta rojo, ahora frío y seco, en un pasado fue cálido y húmedo. Según Edwin Kite, un científico planetario de la Universidad de Princeton en Nueva Jersey, eso habría requerido una atmósfera mucho más gruesa que la de hoy; una perspectiva que ahora parece muy poco probable.

Kite y sus colegas dicen que la evidencia en contra de la idea de que el antiguo Marte tuviera una atmósfera gruesa durante más de unos pocos miles de años se halla en los tamaños de los cráteres del planeta. Sostienen que si Marte, alguna vez, hubiera tenido una atmósfera más densa, los objetos pequeños se hubieran desintegrado al pasar a través de ella -como lo hacen en la atmósfera de la Tierra, por ejemplo- en vez de sobrevivir casi intactos antes de estrellarse contra la superficie.

Usando las imágenes obtenidas por el Mars Reconnaissance Orbiter, los investigadores catalogaron más de 300 cráteres en un área cerca del ecuador, de 84.000 kilómetros cuadrados. El 10% de los cráteres en ese terreno – que no han cambiado mucho geológicamente en 3,6 mil millones de años- tenían un diámetro de 50 metros o menos. Y más o menos el 10% de las características, que se presumen son restos de antiguos cráteres, tenían 21 metros de diámetro o menos.

Después, el equipo utilizó simulaciones por ordenador de los objetos que chocan contra Marte, tratando el escenario con una gama de densidades atmosféricas. Debido a que el tamaño de un cráter depende del ángulo de impacto, sólo con mirar los diámetros de los cráteres más pequeños no nos daría una verdadera idea de la densidad de la atmósfera. Kite dice que otros factores, como la velocidad del proyectil, afectan también al tamaño del cráter. También añadió que: “No es el tamaño de los cráteres más pequeños, sino la distribución del tamaño de toda la población de cráteres lo que es importante”.

Según el análisis del equipo, la presión superficial ejercida por la antigua atmósfera marciana no era probablemente más de 150 veces su valor actual. Sanjoy Som, astrobiólogo del Instituto de Ciencia Espacial Blue Marble en Moffett Field, Califormia, dice que: “El espesor de la atmósfera era menos de un tercio de lo que algunos equipos dicen que sería necesario para mantener la superficie de Marte constantemente por encima de cero.”

James Head, científico planetario de la Universidad de Brown en Providence, Rhode Island dice: “Ese artículo es excelente. Apoya los estudios previos que sugieren que el antiguo Marte estaba helado.”

Som añadió: “Está claro que Marte fue húmedo, pero no está tan claro que fuese cálido.”

Kite y sus colegas sugieren que la respuesta más probable es que Marte fuese intermitentemente caliente. Afirman que, a veces, las variaciones regulares en la inclinación de su eje podrían haber calentado el planeta y proporcionado una atmósfera protectora. Aunque también la atmósfera se pudo haber engrosado temporalmente por gases de efecto invernadero de la actividad volcánica, o por los gases liberados por impactos grandes de meteoritos. El calor generado por una explosión considerable vaporiza las sustancias volátiles de las rocas del planeta, e incluso las del propio proyectil.

Head dijo que cualquiera de los dos últimos escenarios podrían haber engrosado la atmosfera durante décadas, o incluso siglos. También añadió: “Eso es más que suficiente para obtener todo el fluido que hubo en Marte.” De acuerdo con un estudio previo, si un objeto de unos 200 kilómetros de ancho se estrellara contra Marte, podría aumentar la presión del aire suficientemente como para mantener el planeta por encima del punto de congelación, durante un siglo más o menos.

Fuente: Nature