Probamos El Iphone Xs Max: ¿vale La Pena Gastar Un Sueldo (O Dos) En Lo Mejor De Apple?

Publicado el 26 septiembre 2018 por Carlosgu82

Los nuevos teléfonos de la factoría de Cupertino mejoran cámara, pantalla y rendimiento. Pero rompen una nueva barrera. El modelo más basico cuesta 1159 euros. El más caro, 1659.

El iPhone Xs Max es el mejor teléfono de Apple pero también el más caro. El viernes es día de cobro. Imaginen que el responsable de recursos humanos les da todo el sueldo en billetes de uno o dos meses. Grandes o pequeños. Un generoso fajo de 1.600 euros. Por mencionar alguna cifra. Enrollados con una goma o un clip metálico. De esos que suelen llevar los señores adinerados, acostumbrados a manejar ingentes cantidades de ‘papel moneda’. Imagen también andar de arriba para abajo con esa pequeña ‘fortuna’ en el bolsillo. Sacándolo en el súper, en un bar, toqueteándolo en el metro, dejándolo encima del escritorio en tu puesto de trabajo o en la mesilla de noche. Así me he sentido yo los últimos días. No llevaba encima mi nómina.Era un iPhone Xs Max. De 512 GB de almacenamiento.
No es el móvil más caro del momento, pero casi. “No somos conscientes de la pasta que llevamos encima”, comentaba una colega de profesión. Le superan algunas rarezas como la edición ‘Lamborghini’ del Oppo Find X y rarezas de ese estilo. He pasado casi una semana con él. Y tengo la sensación de que es uno de los mejores teléfonos que puede caer en tus manos. Pero la pregunta es recurrente… ¿Vale lo que cuesta? Es inevitable hacérsela. La respuesta más fácil: si tiene ese precio es porque alguien lo compra. Que cada uno haga lo que quiera con su pasta.
Apple descubrió el año pasado que puede ganar (aún) más dinero con cada uno de sus teléfonos. Es cierto que vendió menos unidades. Pero ingresó más. Eso sí, en Cupertino no quieren conformarse con eso de ‘las ovejas que entran por las que salen’. Lo quieren todo. (Más) ventas y (más) beneficio. La tarea de la cantidad recaerá en el iPhone Xr, una versión más asequible que no debutará hasta octubre. Algunos dirán que eso lo podía haber hecho el iPhone 8. Pero no. Bebía de la anterior etapa y el ‘hype’ estaba por las nubes con el iPhone X. El viernes es día de cobro. Imaginen que el responsable de recursos humanos les da todo el sueldo en billetes de uno o dos meses. Grandes o pequeños. Un generoso fajo de 1.600 euros. Por mencionar alguna cifra. Enrollados con una goma o un clip metálico. De esos que suelen llevar los señores adinerados, acostumbrados a manejar ingentes cantidades de ‘papel moneda’. Imagen también andar de arriba para abajo con esa pequeña ‘fortuna’ en el bolsillo. Sacándolo en el súper, en un bar, toqueteándolo en el metro, dejándolo encima del escritorio en tu puesto de trabajo o en la mesilla de noche. Así me he sentido yo los últimos días. No llevaba encima mi nómina. Era un iPhone Xs Max. De 512 GB de almacenamiento.

El iPhone Xs y el Xs Max ya están aquí: por qué probablemente querrás esperar al Xr

M. MC.

Aunque muchos se han lanzado a reservar el nuevo terminal de la manzana, la presencia de un modelo más asequible que se lanzará en octubre ha hecho que muchos se pregunten cuál comprar

No es el móvil más caro del momento, pero casi. “No somos conscientes de la pasta que llevamos encima”, comentaba una colega de profesión. Le superan algunas rarezas como la edición ‘Lamborghini’ del Oppo Find X y rarezas de ese estilo. He pasado casi una semana con él. Y tengo la sensación de que es uno de los mejores teléfonos que puede caer en tus manos. Pero la pregunta es recurrente… ¿Vale lo que cuesta? Es inevitable hacérsela. La respuesta más fácil: si tiene ese precio es porque alguien lo compra. Que cada uno haga lo que quiera con su pasta.

Ganar más con los iPhone

El iPhone Xs Max tiene un diseño muy similar al iPhone X. 

Apple descubrió el año pasado que puede ganar (aún) más dinero con cada uno de sus teléfonos. Es cierto que vendió menos unidades. Pero ingresó más. Eso sí, en Cupertino no quieren conformarse con eso de ‘las ovejas que entran por las que salen’. Lo quieren todo. (Más) ventas y (más) beneficio. La tarea de la cantidad recaerá en el iPhone Xr, una versión más asequible que no debutará hasta octubre. Algunos dirán que eso lo podía haber hecho el iPhone 8. Pero no. Bebía de la anterior etapa y el ‘hype’ estaba por las nubes con el iPhone X.

El iPhone X sirvió para que Apple se percatase de que puede ganar aún más con sus teléfonos

Pero no estamos en esas. “Hoy no toca”, que diría Pujol. En el orden del día está el peso pesado. El iPhone Xs Max. Aunque la coletilla de Max suene a nuevo, no lo es tanto. Viene a ser lo que fue el Plus en su día.Pero toca reforzar la idea de que corren nuevos vientos. Más pantalla, más RAM y más batería que su versión pequeña. Misma cámara y procesador. Así que el juicio sirve para cualquiera de los modelos.

La ecuación del diseño se mantiene. Cristal templado y aluminio para los bordes. Mejora su resistencia. Llega con iP68, lo que significa que ahora puede sumergirse durante 30 minutos, hasta dos metros de profundidad.

Mismo cascarón

El iPhone Xs Max.

En resumen, reutilizan el molde del iPhone X en el Xs. Cuentan con un aspecto y unas medidas idénticas. En el caso del iPhone Xs Max, el que he tenido para esta prueba, es un dispositivo hormonado y estirado hasta tener 15,75 centímetros de largo y 7,74 de ancho. El grosor, en ambos casos, es de 0,77. El peso de 208 gramos. Sus dimensiones son las mismas que las de un iPhone 8 Plus. Sin embargo, la eliminación del botón de la parte frontal así como los marcos, hacen que en ese mismo cuerpo puedan meter una pulgada más de pantalla hasta quedarse en las 6,5.

Es un teléfono grande. No se puede negar. Personalmente lo he podido gobernar con una mano sin que me resulte incómodo. A otros les resultará excesivo. Depende el tamaño de las zarpas que calces. Pero de ahí al revuelo armado por algunas representantes del feminismo en EEUU recriminando a Apple que el modelo Max era demasiado para las grandes de las mujeres hay un trecho y un debate un tanto inflado. Al final, a diferencia de lo que hacen otros de sus competidores, no discrimina al tamaño menor, como decíamos anteriormente, en cámara o potencia.

Si quieres un teléfono más pequeño, Apple no te discriminará con la cámara. Un acierto

Por cerrar el bloque del diseño. Volvemos a tener un puerto Ligthning. De momento, parece una utopía ver a Apple tirando de un USB tipo C en sus teléfonos aunque no se pierde la esperanza. Los usuarios de auriculares inalámbricos no pondrán pegas, pero no tenemos conector ‘jack’. Y además, el adaptador no está incluido, así que hay que pasar por caja si quieres utilizar tus cascos. En ese borde también contamos con dos altavoces estéreos y sonido correcto.

Una pantalla sin dudas

Pantalla del iPhone Xs Max. 

Hablemos de la pantalla. 6,5 pulgadas. El panel ocupa el 84,4% de la parte frontal. Aparte del ‘notch’ que oculta toda la maquinaria necesaria para el ‘Face ID’, quedan pocos lugares por donde meter tijera. Es una pantalla OLED. Y eso significa una excelente reproducción de colores, especialmente los negros. Los ángulos de visión también son más que potables, aunque si inclinas el teléfono nuevamente los blancos se tornan ligeramente azulados. Eso sí, no es un problema como lo fue el Pixel 2XL, donde esta ‘coloración’ resultaba exagerada.

La pantalla, que vuelve a disponer de la tecnología Touch 3D (que diferencia entre toque y presión) así como con la opción ‘True Tone’ (que ajusta la reproducción de colores en función de las condiciones), ofrece una resolución de 2.688 por 1.242 píxeles. La cuenta sale a 458 píxeles por pulgada. Es cierto que en este apartado está un poco por detrás de la resolución QHD que ofrecen Samsung o Sony en sus mejores terminales. Aún así, con la inclusión de un panel HDR, Apple consigue ofrecer una pantalla especialmente buena, como cabe esperar de un terminal de este precio.

Face ID

Face ID mejora, pero aún tiene deberes pendientes. 

Hacía mucho tiempo que no me enfrentaba a un terminal sin lector de huellas en mi día a día. Aquí, como ya ocurría el pasado año, ‘Face ID’ es la única opción biométrica. Apple se ha mantenido firme en su apuesta por prescindir del sensor dáctilar y no se ha enredado, de momento, en soluciones como integrarlo bajo la pantalla algo que se verá en las próximas semanas, presumiblemente con Samsung o Huawei como primeros fabricantes en ponerlo en juego.

Al principio se hace raro. No el sistema, sino el giro de muñeca. Inconscientemente las primeras ocasiones tiendes a elevarlo en exceso. Como si hubiese que mirarlo frente a frente para que te diese la luz verde. Sin embargo, con el tiempo vas descubriendo que es mucho más sencillo que eso. Si lo sacas del bolsillo y lo miras desde arriba, se desbloqueará.

‘Face ID’ mantiene las mismas piezas, pero mejora su ejecución gracias al ‘software’

Todavía tiene ciertos deberes pendientes: puede dar error si optas por un encuadre muy cercano o con determinadas gafas de sol, que bloquean el infrarrojo. Ahí no te quedará otra que quitártelas. Personalmente, no he tenido este problema, lo que delata lo agarrado que soy con las gafas de sol. También he podido utilizarlo sin contratiempos con la montura de mis gafas de ver. Han sido contadas las ocasiones que he tenido que introducir el código.

He trasteado estos días con un iPhone del pasado año. Me ha dado la sensación que es ligeramente más rápido y permite una configuración más sencilla. La mejora viene, tal y como explican desde la compañía, por remiendos de ‘software’, que las piezas del mecanismo son iguales.

Saca la lengua

Los nuevos Memojis. 

El ‘Face ID’ no roza lo inmediato, como hacen sistemas (más sencillos) como el de OnePlus. El de la manzana hace una verificación más profunda. Todo con el objeto de poder ofrecer una seguridad mayor y que se haga uso de ello en aplicaciones bancarias como Apple Pay. Lo mejor es que gracias a iOS 12 permite incluir una ‘segunda apariencia’. Esto te puede servir para incluir una segunda persona o para incluir un nuevo registro tuyo, no vaya a ser que seas de esos que se toma cuatro vinos y se le pone una cara corcho que no se le reconoce fácilmente.

Otras de las novedades relacionadas con este sistema son los ‘Memojis’. Es una evolución natural y lógica de los ‘Animojis’ que presentaron el pasado año. Permiten personalizar un ‘emoji’ humano con parámetros como el pelo, las cejas, la silueta, la boca… y que luego imite los movimientos. Es un concepto, el de permitir crear un avatar a imagen y semejanza del usuario, que ya intentó Samsung con el S9, pero tenemos aquí un resultado mucho más fino. Además, ahora también pueden ‘imitar’ el movimiento de la lengua. Eso sí, le falta un poco de precisión en este aspecto.

Potencia para el futuro

iPhone Xs Max.

Uno de los principales cambios llega en las tripas. Apple cifraba en un 15% las mejoras de rendimiento de este nuevo terminal gracias al Bionic A12, un procesador firmado por ellos mismo, que llega jalonado en el caso del Xs Max con 4GB de RAM. Cuando hablamos de la versión estándar, tenemos 3GB de RAM. Puede parecer poco teniendo en cuenta las configuraciones que traen algunos de sus competidores, que ya han rozado hace tiempo los 8GB en este apartado. Pero comparar estos números sería comparar carpas con sardinas. No hay que olvidar que Apple se mueve en un entorno hecho a medida para ellos.Controlan todo. Desde hardware hasta software. Al fin y al cabo se trata de hacer un guante para iOS.

Por dar unos datos de contexto, el Bionic A12 es el primer chip que utiliza una arquitectura de siete nanómetros. Con sus seis núcleos y su motor neuronal es capaz de hacer cinco billones de operaciones por segundo. Su predecesor, el A11, resolvía 600.000 millones en ese mismo lapso de tiempo

No se nota una mejora brutal de fluidez, porque el nivel estaba alto. Va todo como la seda. Lanzar apps, saltar de una a otra, abrir la cámara o editar un pequeño vídeo. Parece que las mejoras, que también incluyen una gráfica un 50% más rápida que la anterior edición, van orientadas a que los efectos del paso del tiempo no se dejen notar en este aspecto.

Las mejoras en el motor están orientadas a conseguir un rendimiento mayor en el tiempo

El aumento de potencia es innegable. Ha arrasado en los ‘benchmarks’, que es lo más parecido a un notario que de fe del poder real de los procesadores. Pero como siempre, hay que fijarse en el largo tiempo. Tras uno o dos temporadas compitiendo, viendo como aguantan las piernas.

Todavía falta materializar las ventajas de esta musculatura inédita delBionic A12 y del aprendizaje automático. Sabemos cuánto puede correr, pero hay que ver dónde. Que el común de los usuarios pueda percibir claramente todo lo que puede aportar en casi todos los procesos. Hasta ese momento, como ocurre con los otros fabricantes con la Inteligencia Artificial, estos guarismos son una especie de brindis al sol.

La manzana que más dura

Bordes el iPhone Xs Max. 

Pero no todo son promesas al vuelo. Los ajustes en el motor se notan. El iPhone Xs Max probablemente sea el mejor corredor de fondo que ha tenido Apple en su equipo. Tengo la sensación que ningún móvil de la manzana me había dado tal autonomía. He podido pasar toda la jornada sin sufrir estrecheces, o no más de la cuenta, gracias a su 3.174 mAh de capacidad. He sobrepasado las once horas de uso intenso en todos los casos. Un tiempo que puede ser alargado si activas el modo ahorro de batería antes de que llegue al 20%, que suele ser lo común.

El mayor problema aquí es el de la carga rápida. Los últimos iPhone son compatibles con esta tecnología. Disponen de ella hasta teléfonos de poco más de 200 euros. El problema es el cargador. Hay que gastarse casi 80 euros más para tenerlo. Algo que a estas alturas de la película y hablando de estos precios es simplemente incomprensible.

Cámara sin ‘nouvelle cuisine’

No ha habido ‘nouvelle cuisine’. No se ha apostado por excéntricos emplatados de triple sensor u otras fórmulas de ‘hardware’ que se llegaron a rumorear en las semanas previas. Pero se ha dado una renovación. Importante. Lo ha hecho entre los fogones. En donde no se ve. En el ‘software’. Y le ha llevado a tener una de las mejores cámaras que podrías encontrar hoy en día.

Hablemos primero de los ingredientes. Tenemos un doble sensor. Completamente remozado. El primero, de 12 megapíxeles, cuenta con una lente de f/1.8 y píxeles de 1,4 micras de tamaño. El secundario, de 12 megapíxeles, es un telefoto con apertura de f/2.4 y píxeles de una micra. Ambos tienen estabilizador óptico y este tándem te ofrece también zoom óptico de dos aumentos. Sin embargo, una de las principales novedades viene con el Smart HDR. Una solución que permite capturar más detalles en tomas sobreexpuestas o con altos contrastes.

En la fotografía nocturna también cumple con solvencia. Gestiona bastante bien las luces y los colores y ofrece una nitidez más que aceptable.

Apple fue uno de los que mejor capitalizó lo del ‘modo retrato’. Ahora lo ha mejorado. Para empezar deja ajustar la profundidad de campo después de tomar la fotografía para lograr un ‘bokeh’ más pronunciado. Aquí tenéis un ejemplo con el nivel mínimo y el intermedio.

Sin embargo, en algunas ocasiones ponerlo al máximo exagerará demasiado el desenfoque y creará perfilados poco naturales. Hay fondos en los que sufre y no siempre acierta con el procesado cuando combinas elementos muy finos o un escenario dividido en varias capas y acabas viéndote obligado a repetir la toma. Esos pequeños ‘peros’ le hacen estar por detrás del Pixel 2XL en el ‘modo retrato’, el rey de la categoría.

Sin embargo, personalmente me parece que, con la excepción del de Google, no hay teléfono que gestione mejor que este la silueta del pelo a la hora de hacer un buen ‘bokeh’. El Smart HDR se deja notar en los retratos a contraluz o con un fuerte iluminación trasera, como se pueden observar en esta serie.

La cámara frontal también se beneficia del Smart HDR y ofrece ‘bokeh’ por ‘software’. Aunque no es tan fino como el de la trasera, me ha sorprendido. Aquí va un ejemplo a contraluz. Comentar en este apartado que muchas de estas mejoras han llegado al vídeo, que alcanza una calidad de 4K a 60 frames por segundo. Nuevamente, podremos capturar más detalles en zonas sombreadas o con excesivo contraste.

Habrá cámaras que le superen en ciertos aspectos, pero globalmente es la más equilibrada

Como resumen, cabría decir que probablemente encontremos cámaras de otros teléfonos que le superen en aspectos concretos. Dos ejemplos serían el modo retrato del Pixel o el zoom de cinco aumentos del P20 Pro. Sin embargo, se puede decir que es la cámara que va a ofrecer la experiencia más equilibrada, si sumamos todos los aspectos. Sin embargo, hay que esperar a dos de los pesos pesados que quedan por ver este año: el Pixel 3 XL y el Mate 20 Pro.

¿Merece la pena?

El iPhone Xs Max. 

Hasta aquí mi experiencia con el iPhone Xs Max. No he querido entrar en mi experiencia con iOS 12 porque eso da para otro libro. Un único apunte. Los atajos y las sugerencias de Siri. Un absoluto acierto. Yo ya me he configurado varios comandos de voz para ir más rápido a la hora de utilizar el asistente inteligente. Pero no nos enredemos.

La pregunta es inevitable. ¿Me lo compro? ¿Merece la pena? Hay un requisito indispensable antes de tener la respuesta. Tener la voluntad de gastarte entre 1.100 y 1659 euros de partida. No tanto tener el efectivo, que al final muchos optan por financiar la inversión para que no duela en exceso.

El iPhone Xs Max. Una joya con precio de joya. 

La horquilla va, como decimos, de los 1159 euros por el iPhone Xs de 64GB hasta los 1659 euros del Xs Max de 512. Sí, el iPhone se ha convertido en un producto de lujo para la gran mayoría de los mortales. Pero, sin embargo, se sigue vendiendo como churros. Hay gente que se lo compra muy agusto a pesar de que el kilo de iPhone (en el caso del modelo más grande y de mayor memoria) salga a más de 7.975 euros. Si quieres sí o sí el Max y puedes vivir con 64GB de memoria, te ahorrarás 400 euros.

Si tienes un iPhone X entre manos, dar el salto no te compensa. No hay argumentos suficientes más allá del tener lo último de lo último. Probablemente, si tienes un iPhone 8 o un iPhone 8 Plus también puedes aguantar sin problemas al modelo del año pasado. Es más, al no ser un salto tan significativo entre el iPhone X y el iPhone Xs (la versión de 5,8 pulgadas) se ha producido una extraña pinza con este último modelo como protagonista. El modelo más vendido está siendo el Max, mientras que parece que hay un buen número de personas está esperando al Xr, el más asequible, para decidirse.

Pasa lo mismo que con los coches. Hay quienes los quieren completo y hay quienes pueden pasar sin tener todos los extras y ahorrarse un pellizco. En esta ecuación hay que meter la X original. El modelo del año pasado, que no se vende ya en la tienda oficial, se puede encontrar en otros distribuidores por 859 euros, poco más que el Xr. Si optas por dejarte el pastizal, ten claro una cosa. No te vas a equivocar. Es el mejor teléfono que ha salido de la factoría californiana. Pero más calidad, en el caso de Apple, significa más precio. Mucho más.