La verdad es que es curioso, pero está bueno. Es lo mismo que se suele poner en las trufas de té verde (que por cierto, son deliciosas) y en el helado de té verd (que también vale la pena probar).
Lo he probado con un trozo de limón y con o sin azúcar, la verdad es que como más me gusta es sin nada, o como mucho con una pizca de azúcar moreno, porque tiene un punto dulce y no le hacen falta demasiados añadidos.
Eso sí, me lo tomo por la mañana, no vaya a ser cierto que es fuerte y luego me quite el sueño.
Os lo recomiendo. Además es muy práctico porque solo hay que calentar el agua y añadir una cucharilla de té y se disuelve de forma inmediata.
Pues nada, ¡otra cosa que añadir a la larga lista de opciones para tomar un delicioso té!
Aquí tenéis imágenes de la tienda donde compro mis tés: