¿Problema de conservación?

Por Smiorgan

Cuando compramos una botella de vino, nunca podemos estar seguros de como ha sido transportada y cuidada desde que salió de la bodega. Si compramos en tiendas especializadas y de confianza, podemos esperar que haya sido debidamente mimada, almacenada de forma correcta, y que llegue a nosotros en óptimo estado. Pero cuando compramos en otros sitios, el vino normalmente está almacenado en vertical durante mucho tiempo, expuesto a cambios continuos de iluminación y temperatura, y sometido al escrutinio de muchas manos. Todo esto hace que aumenten las posibilidades de encontrarnos con una sorpresa desagradable. No si esto es lo que pasó anoche, pero algo de esto debe haber habido.
Me dispuse a descorchar una botella de Valdelosfrailes Vendimia Seleccionada 2003 (DO Cigales, Tinto con crianza, 100% Tinta del País, Bodega Valdelosfrailes), un vino que nos había llamado mucho la atención en una cata de vinos de la región del Duero a la que asistimos en Junio. El descorche fue una odisea, nunca me había pasado. El corcho estaba como pegado al cuello con pegamento, no había forma de sacarlo con los sacacorchos de hélice (no tengo de láminas, pero creo que me haré con uno). Acabó rompiéndose, y aún el trozo que tuve que empujar hacia abajo se resistió. Decanté y filtré el vino, y me dispuse a beberlo ya muy mosqueado, y pensando qué abriría en su lugar. Por suerte, no parecía demasiado afectado, pero no era lo que había probado.
Lucía un granate apagado, de capa media-baja, con ribetes atejados. Los aromas eran agradables y elegantes, con ahumados, balsámicos (eucalipto) y quizá tinta china, estando las frutas negras en licor muy al fondo (tras unas 12 horas abierto, se notan algo más). En boca surgió la decepción, el ataque era agradable, sedoso, con un tanino suave, pero con un retronasal desagradable y un final de persistencia media que no invitaba a beber más.
En fin, no se si hubo problemas de mala conservación o pura mala suerte, pero fue una pequeña desilusión.