El envejecimiento es un proceso que conlleva muchos cambios en el organismo y, por supuesto, también en órganos como la piel y sus anejos. Estos cambios en la piel se producen básicamente por dos mecanismos: uno intrínseco, de envejecimiento propio o verdadero y otro debido a la exposición permanente, pero evitable, a las radiaciones ultravioletas del sol y que llamamos fotoenvejecimiento.Comenzaremos describiendo brevemente este fenómeno para a continuación repasar los trastornos de la piel que con mayor frecuencia afectan a los ancianos.
FotoenvejecimientoEn los ancianos de muchos países, la mayoría de las alteraciones en el aspecto de la piel se deben a la exposición crónica a la radiación ultravioleta de la
luz solar, y los cambios cutáneos son más pronunciados en las zonas corporales expuestas. Los ancianos cuya pigmentación o estilo de vida los protege de la luz solar, suelen presentar un aspecto más juvenil que el correspondiente a su edad cronológica.Algunas enfermedades de la piel de los ancianos, como el
cáncer, aparecen de modo casi exclusivo en la piel fotoenvejecida.La piel envejecida por efecto de la luz solar se caracteriza por presentar arrugas finas y toscas, pigmentación moteada irregular, manchas parduzcas, rugosidades, coloración amarillenta y pequeños vasos sanguíneos superficiales llamados arañas vasculares o telangiectasias.La mejor forma de evitar el fotoenvejecimiento es la prevención, que tendrá más éxito cuanto más precozmente se inicie (incluso desde la niñez). Se ha demostrado que evitar la exposición a la luz solar y el uso de filtros antisolares proporcionan una mejora importante del aspecto de la piel, incluso cuando ya existe daño previo. Por ello, es importante aconsejar a las personas que utilicen sombreros, se cubran los hombros y se apliquen cremas protectoras antes de salir al aire libre, como parte de la rutina diaria. Es conveniente, asimismo, evitar la permanencia al sol en las horas en las que es más fuerte la radiación ultravioleta, es decir, hacia el mediodía.
Prurito o picor de la pielEl prurito o picor de la piel es esa sensación tan desagradable que provoca un deseo instintivo de rascarse o frotarse. Es un trastorno muy común en los mayores y suele deberse a la sequedad de la piel, también llamada xerosis.Otras veces es producido por alteraciones de la piel, como dermatitis de contacto, o irritación de la piel por determinadas sustancias o por infecciones por piojos, sarna u hongos.Sin embargo, a menudo no encontramos ningún tipo de lesión en la piel y nos planteamos el estudio de enfermedades sistémicas o generales (es decir, que afectan a todo el organismo) ya que llegan a suponer hasta la mitad de los casos de lo que llamamos “prurito sine materiae”, es decir, picor de la piel sin lesiones cutáneas. Muchas son las enfermedades generales que pueden ocasionar picor, entre las que destacamos algunas enfermedades del hígado, el exceso de urea en la sangre, laanemia por falta de hierro, algunos tumores y algunas infecciones por parásitos.Para aliviar o eliminar el picor, las personas afectadas deben evitar el uso de jabones fuertes, el alcohol de frotar, detergentes y otras sustancias secantes y el contacto con materiales potencialmente irritantes como la lana (siempre es preferible el algodón). Las cremas hidratantes como la simple vaselina y los emolientes o ablandadores son útiles si se aplican con frecuencia y en cantidad abundante, sobre todo después del baño, cuando la piel aún está húmeda. También pueden usarse cremas y lociones con urea o ácido láctico que ayudan a eliminar la descamación, mantienen la piel hidratada y alivian el picor. En ocasiones, puede usarse una crema o pomada con un corticosteroide de baja potencia como la hidrocortisona, para tratar la piel seca e inflamada.
Otras enfermedades de la piel que merece la pena enumerar son:- Las erupciones cutáneas inducidas por medicamentos, tan frecuentes en los ancianos.
- El acné rosácea: trastorno inflamatorio que produce enrojecimiento, prominencia de vasos sanguíneos superficiales, lesiones sobreelevadas y a veces con pus, fundamentalmente en la parte central de la cara.
- El liquen simple crónico o neurodermatitis: engrosamiento localizado de la piel, causado por rascado repetido, que afecta al tobillo y dorso del pie, la parte anterior de la pierna, el dorso del cuello, los antebrazos y los codos