Problemas de la placenta: Acretismo y placenta previa

Por Matronaonline

Ya os conté hace unos días en otra entrada (aquí) cuál era la función de la placenta y os dije que, a veces, da problemas. Vamos a ver hoy qué problemas son los más frecuentes en el embarazo.

En el embarazo puede haber problemas con su inserción en el útero, de 2 maneras distintas. El tejido de la placenta va como enterrado parcialmente en el tejido del útero. En ocasiones, se entierra “de más”, produciendo lo que se llama acretismo placentario. Al bebé no le pasa absolutamente nada si esto ocurre, pero sí puede haber problemas para la mamá en el parto, tras el nacimiento del bebé. Al estar tan “enganchada” al útero, puede haber dificultad para que se desprenda (a la salida de la placenta se llama alumbramiento, palabra erróneamente usada para referirse a la salida del bebé, que se llama expulsivo).

Hay 3 tipos de placentas con acretismo, en función de la profundidad con la que se insertan y las capas de tejidos que invaden. Se llaman, de menos invasoras a más: ácreta, íncreta y pércreta (esta puede llegar a atravesar el útero y arraigarse en órganos cercanos). Suele ser muy muy muy inusual que una placenta se inserte muy profundamente, pero cuando esto ocurre, hay riesgo de que tengan que quitar el útero tras el parto, porque no hay manera de sacar la placenta.

Cómo está de profunda insertada una placenta se ve en las ecografías rutinarias durante el embarazo, sobre todo los casos más severos. Si algún caso no se detecta en una eco, lo más probable es que el acretismo sea muy leve y no de ningún problema en el alumbramiento. Es más, jamás se llega a saber si ha habido acretismo si no lo detectan en la eco y el alumbramiento trascurre sin problemas.

Una de las causas de sufrir acretismo es que en el útero haya cicatrices de otras cirugías, como cesáreas anteriores, legrados (tras abortos), miomectomías (la cirugía que se hace para quitar miomas), etc. Y esta también es una de las causas de sufrir una inserción baja de la placenta.

Imaginad un globo de helio con una cuerda. El bebé ocuparía el globo casi en su totalidad. Lo normal es que la placenta estuviera casi arriba del todo, un poco lateralizada. Cuando la placenta estuviera abajo, cercana a la boquilla por donde se ha hinchado el globo, estaríamos ante una placenta de inserción baja o placenta previa.

Ahora imaginad ese globo sin hinchar. Podéis probar en casa para visualizarlo mejor. Si hacéis una marca con un boli a 2cm de la boquilla, a medida que lo hincháis, esa marca se va alejando del orificio. Esto mismo es a lo que se refieren muchos gines cuando en una eco temprana dicen que la placenta está baja, pero que subirá. Cuando el útero crece, tira de la placenta con él, alejándolo del cuello del útero.

Aquí también hay diferentes grados de cercanía al cuello del útero. Cualquier caso se denomina placenta previa y puede ser lateral, marginal, parcial y oclusiva. En función de cómo esté de cerca del orificio cervical interno (por donde tendrá que salir el bebé), será posible un parto vaginal o tendrá que realizarse una cesárea.

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