Para terminar con el análisis de la situación de la selección española en 2015, llega el turno de la fase defensiva, quizá la menos vistosa pero, a tenor de las cifras de goles encajados en grandes citas exitosas, sin duda era una de las mejor ejecutadas.
Posesión defensiva fue el término que se empleó para definir el estilo defensivo español, se basaba en amasar grandes cantidades de posesión, aunque no siempre fuera vertical, para minimizar el riesgo de que, el equipo contrario, robara en zonas peligrosas y pillara desprevenido al entramado defensivo. El poco tiempo que el rival tenía el balón, se encontraba con un equipo perfectamente organizado, con unos centrales de un rendimiento altísimo, laterales perfectamente capaces de ofrecer un trabajo defensivo óptimo y un portero capaz de realizar paradas increíbles.
Casi todas estas señas de identidad se han desmoronado, se sigue teniendo un elevado porcentaje de posesión pero se ha perdido seguridad en la misma, hay errores en zonas peligrosas y lo que encuentran los rivales cuando atacan hacia el marco español no es precisamente un bloque compacto. Empezando por la portería donde siempre ha habido dudas de cual debía ser el portero titular. La diferencia es que antes, se dudaba entre dos porteros de primer nivel en su mejor estado de forma, Casillas y Valdés y ahora se duda entre un portero que no goza de excesiva confianza y que está viviendo en constante lucha con su entorno y una joven promesa, De Gea, que está subiendo como la espuma, convertido en uno de los mejores porteros de la Premier League, titular indiscutible del Manchester United. El rendimiento de Casillas tanto en la selección como en su club no es suficiente para justificar los minutos que juega pero hay intangibles extradeportivos que lo mantienen ahí.
El estado de forma de los centrales titulares, Ramos y Piqué, ha ido variando, rara vez están los dos al máximo nivel, esto no sería un problema demasiado importante si hubiera un relevo adecuado pero el puesto de tercer y cuarto central no ofrece garantías. Albiol no está ante su mejor temporada, Javi Martínez lleva lesionado mucho tiempo y la nueva generación, encabezada por Bartra e Iñaki Martínez todavía no ha dado el paso adelante necesario para asentarse en una selección de tanta exigencia.
En cuanto a los laterales, el primer equipo campeón, el entrenado por Luis Aragonés, contaba con 2 especialistas en en tareas defensivas, Arbeloa y Capdevila, esto a ido mutando hasta llegar a una situación algo indefinida, sobre todo en el sector derecho, donde se tiende a contar con un jugador de perfil ofensivo, como Juanfran o Carvajal, aptos para bregar, pero no tan buenos como Arbeloa anticipando o marcando a los extremos rivales. Por la izquierda, la apuesta es aún más clara, la nueva generación de laterales, encabezada por Jordi Alba, es sumamente ofensiva, tanto como descuidada atrás.
En definitiva y, como en el resto de fases, el problema que tiene actualmente la selección es tanto de nombres como táctico, sin embargo hay buenos mimbres que pueden conseguir que, a medio plazo, se vuelvan a lograr buenos resultados.