Empecemos por el principio: son las 11 de la mañana en Sevilla, hace un día magnífico para correr y casi 600 corredores salen en el pistoletazo de salida. Por delante le esperan 21 kilómetros de media maratón trailera.
La salida se produce sin incidencias. La zona no estaba muy acotada tras el arco de salida, pero los pocos corredores que estábamos respetábamos y salíamos de forma ordenada.
Los primeros kilómetros transcurren sin mucho problema. El recorrido es precioso y vamos campo a través, sorteando los charcos que dejó la lluvia hacia dos días. Se nota que muchos, somos corredores de asfalto. Los saltitos "amanerados" para que no se manchen nuestras zapatillas, nos delantan.
Hasta el kilómetro 5 la cosa está bastante tranquila. Vamos por zonas campestres, vemos caballitos, la gente bromea, habla sobre carreras...todo esto pendientes del terreno...los resbalones están a la vuelta de la esquina.
El primer avituallamiento está bien situado. Botellas de agua aunque se echa en falta una papelera donde echarlas. Suponemos que a posteriori, la organización recogerá esas botellas y no dejará que los corredores ensuciemos la naturaleza.
En el kilómetro 10 pasamos por las cercanías del aeropuerto de Sevilla. El paisaje sigue siendo bonito, aunque algunos corredores me comentan que no les agrada ver "edificios en ruinas" (son bastante abundantes).
Otros corredores, también afirman que no les haría demasiada gracia realizar ese recorrido por "su cuenta". La verdad es que hay zonas, donde nos adentrábamos en barrios periféricos de la ciudad y en zonas donde el GPS sirve de poco para ayudar a encontrarte.
Durante el recorrido no vemos a demasiados voluntarios indicando. Hay balizas y señales de los kilómetros, pero falta la presencia humana.
Al llegar al kilómetro 13 algo extraño ocurre. Empezamos a ver a corredores que vienen en el sentido contrario al nuestro. Nos quedamos extrañados y no sabemos muy bien que pasa. Le consultamos a los que vuelven, y nos dicen que en unos kilómetros hay que "ir para atrás".
Cuando llegamos al kilómetro 15 nos enteramos de la desgracia. Están mandando a la gente a la meta. Ha habido un fallo en el recorrido, tenemos que ir a meta. La indignación se hace patente. Muchos corredores vuelven a meta. Otros, seguimos desorientados por los alrededores, intentando completar la distancia.
Tras realizar los 21 kilómetros correspondientes, entro en meta. Nos dan un avituallamiento de: bolsa de patatas, naranja, botella de agua y poco más. Bastante bien para reponernos.
Por último, nos explican lo ocurrido. Pese a tener los permisos del ayuntamiento, ha existido un tramo de terreno y de recorrido, que no ha consentido el paso y que estaba cerrado a los corredores. Por tanto, se han comido prácticamente 5 kilómetros.
Agradecer las disculpas presentadas y haremos un acto de comprensión y perdón. Se ha ofrecido devolver el dinero a los corredores que así lo soliciten. Personalmente, me ha gustado la carrera y pienso que salvo ese error gordo, podría haber sido de 10. Que usen el dinero para el año que viene.
Mi única petición es que el año que viene, se vuelva a realizar, pero solventando de antemano todos los problemas que he comentado en esta entrada. Iban a realizar una media maratón excelente, que al final se ha quedado en "anecdótica".
Como diría Homer Simpson: "Era mi primerito Día".