El descubrimiento de un esqueleto de unos 12.000 años de antigüedad apoya la tesis de que los nativos americanos descienden de poblaciones siberianas con más probabilidad que otros pueblos que pudieron inmigrar más tarde. La inmigración siberiana se pudo realizar hace 26.000 a 18.000 años (Science 344; 750-754, 2014).