Es el diagnóstico que ha padecido Inés durante estos días. Ya os comenté que mi hija no ha empezado el año con buen pie, y en este caso no se trata de ninguna metáfora, si ya tuvimos que acudir a los servicios de urgencias un par de días antes de concluir el año, ¡no hemos tardado en volver!
El día 2 comenzó con un proceso febril que alcanzaba los 39 grados, y aunque reaccionaba con la dosis de paracetamol correspondiente, al poco tiempo volvía a subirle sin tener ningún remedio maravilloso que poderle ofrecer. Amodorrada y con dolor de cabeza, no quería moverse del sillón. Ante esta situación se te parte el alma…
Creo que los padres nunca estamos preparados para ver sufrir a un hijo, y en esos momentos te acuerdas de comentarios que has escuchado en boca de tu madre:
- ¡Ojalá lo tuviera yo!
Tenía razón, aunque cuando yo era pequeña, pensaba… ¡Ésta mujer!!! ¡como si fuera posible!!!
La otra tarde lo entendí mejor, en esta ocasión me tocaba a mí verme frente a mi hija impotente, sin poder evitar su malestar…
Pasadas 24 horas del inicio del proceso febril, con sus picos de subida y bajada por las dosis de paracetamol que ya os he comentado, acudimos a los servicios médicos de urgencias para que la valorasen, ya que se quejaba de dolor de cabeza, y nuestro nerviosismo estaba in crescendo.
Ya en sala de espera observamos que no era la única niña que acudía con esos síntomas, nos vimos rodeados de padres que acompañaban a sus hijos y que presentaban características muy parecidas, aunque alguno añadía vómitos a su sintomatología.
Tras la exploración pertinente con berrinche incluido, el doctor observó que contaba con mucha mucosidad en la garganta aunque carecía de placas (según nos informó no es normal presentar placas en la garganta con menos de 3 años, pero para ser sincera, ¡lo desconozco!), y todo lo demás perfecto. Su diagnóstico fue infección vía aérea superior aguda, y el tratamiento a seguir paracetamol, lavado nasal con suero fisiológico e hidratación.
Al día siguiente la fiebre no superó los 38 grados, y en pleno proceso de recuperación todo parecía marchar bien, hasta que detectamos una serie de manchas en la piel que se fueron extendiendo a medida que transcurrían las horas. Y como no hay dos sin tres, regresamos a los servicios de urgencias…
Exantema en tórax y espalda
Se trata de una erupción cutánea o enrojecimiento de la piel, son muy frecuentes en la infancia, sin embargo es importante identificar la causa que lo genera por qué no todas las erupciones son igual de graves. Podríamos hablar de una infección viral, bacteriana, varicela, escarlatina, enfermedad de Coxsackie (síndrome manos&pies&boca), la roséola, rubeola, dermatitis atópica en meses de frio, la roséola causada por un herpes…etc., la lista puede ser muy larga.
En este caso fue provocada por la infección viral que le fue diagnosticada con anterioridad, y no tendríamos que aplicar ninguna pauta específica. Vigilar, controlar que la fiebre no se eleve y paracetamol si presenta mal cuerpo.
Como veis, no nos ha faltado entretenimiento en la primera semana del año…
Autor Patricia Manzano
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