Productos químicos tóxicos: Transporte, almacenaje y seguridad

Publicado el 23 junio 2016 por Ruta42 @ruta42

Cuando pensamos en materias peligrosas a menudo tenemos la imagen de productos usados sólo para la industria y con pocas aplicaciones concretas más allá de los procesos industriales. Sin embargo, los productos químicos tóxicos están presentes en nuestro día a día de una forma mucho más habitual de lo que podríamos creer. Gasolina, propano, butano, gases para conseguir frío en la nevera o el aire acondicionado… son sólo algunos ejemplos de cómo estas materias peligrosas forman parte de nuestro día a día.

 Sin embargo, se trata de materiales que pueden resultar peligrosos para la salud de las personas y también para el Medio Ambiente. Por eso, resulta tan importante que en el ámbito industrial y durante los procesos logísticos se realice una correcta manipulación de los mismos. Resulta también vital disponer de un lugar apropiado donde guardar y almacenar estos productos que cumpla con todas las normativas en materia de almacenaje y transporte ADR (Acuerdo Europeo sobre el transporte internacional de cargas peligrosas por vía terrestre). En este artículo queremos centrarnos en los diferentes tipos de químicos, en su peligrosidad y en sus usos:

 -. Gases comprimidos: los gases comprimidos (gases o mezclas de gases almacenados bajo presión en cilindros) están presentes en nuestro día a día de formas mucho más domésticas de lo que pensamos, pero se usan especialmente en el ámbito de la industria. Los son, por ejemplo, el helio, el oxígeno, el propano o el dióxido de carbono. Pueden dividirse en tres categorías: líquidos, no líquidos y gases disueltos. Y resulta muy importante un correcto almacenaje para minimizar los riesgos. Es importante guardarlos en un almacén adaptado a este tipo productos una temperatura controlada y controlando la presión.

 -. Corrosivos: los productos químicos corrosivos deben ser también manipulados y almacenados con precaución y siguiendo una normas muy concretas, puesto que pueden quemar o carcomer materiales, tanto orgánicos como inorgánicos. Resultan, por este motivo, peligrosos si no se manipulas adecuadamente, ya que, además, estos daños son irreversibles. Son productos corrosivos el ácido clorhídrico y la lejía, entre muchos otros.

 -. Productos inflamables: se trata de otra categoría de productos con los que hay que tener una especial precaución, tanto durante su transporte como en su almacenaje. Los productos inflamables son aquellos que se encienden a 100 grados Fahrenheit (o 37,77 grados Celsius) y que se mantienen encendidos una vez entran en combustión. Hay que tener en cuenta, además, que algunos de estos materiales inflamables pueden emitir gases tóxicos cuando se están quemando, con el grave peligro que ello conlleva. Pueden definirse como inflamables materiales como el nitrometano, la acetona, el etanol, la gasolina o los gases propano y butano, entre muchos otros.