José Antonio Delgado González
"Después de la publicación de la primera edición de La Hermandad de los Iniciados, imbuido en la vorágine de las presentaciones, radiofónicas y televisivas, de entrevistas en periódicos y revistas de ámbito nacional e internacional, le invadían al autor ciertos temores interiores acerca del relativo éxito que estaba obteniendo este libro, que con tanto esmero y dedicación había escrito entre los años 2004 y 2010. Consciente de que, esta obra, que había tardado seis años en labrar, incorporaba buena parte de sus experiencias con el mundo del sueño profundo, empezó a intuir que semejante “éxito” tenía que ver más con el mensaje que encierra este ensayo novelado, que con sus limitadas capacidades personales.
Inmerso en estas vastas pesquisas, sorprendido por la buena acogida que estaba teniendo La Hermandad de los Iniciados, una noche tuvo un sueño que le resultó tremendamente revelador. Por ese motivo, quiso incluir en el prólogo a esta edición el contenido del sueño, que es el siguiente:
“Estoy en Suiza, en la casa de Marie Louise von Franz. Ella es una mujer anciana, de pelo blanco y rostro amigable. Al fijarme en su cara me recuerda a una mujer que fue muy importante durante mi periodo de preparación para mi viaje al Alma. Era tarde y la noche se había echado encima. En ese momento, von Franz me pregunta: “¿por qué has venido tan tarde?” A lo que yo le respondo: “porque he tenido un sueño con Carl G. Jung.” Entonces, ella me dice: “¡Haber empezado por ahí! Muy bien, toma asiento y cuéntame.” Entonces, le digo que he soñado con Jung y que, en ese sueño, aparecía él hablando con la divinidad, tras haber excavado una abertura en una cueva. Que se comunicaba con ella por medio de una enorme piedra (el Lapis de los filósofos alquimistas). Muchos le habíamos seguido hasta esa entrada que él había abierto, pero cada cual se comunicaba con la divinidad a su modo particular. En mi caso, me comunico con Dios por intermediación de un gran árbol (Axis Mundi). Así pues, hablamos de mi proceso de individuación y le cuento que he escrito un libro (La Hermandad de los Iniciados), en el que escribo acerca de mi búsqueda y de cómo ese libro es el resultado de mi esfuerzo por comprender las imágenes interiores, mi mundo interior y, en último término, el mito que me habita. Entonces, ella me habla de una lápida de piedra en la que aparece el título del libro que he escrito. En esa lápida está cincelado lo siguiente: Das große Buch (EL GRAN LIBRO). El título está escrito en otro idioma, parece alemán, pero yo lo entiendo perfectamente.”.
Marie Louise von Franz fue la más íntima colaboradora del psiquiatra Carl G. Jung y, en cierto sentido, podría considerarse como una de sus “hijas” predilectas. Su trabajo, después de la muerte de Jung, consistió en clarificar y dar a conocer el legado que su maestro y mentor había dejado como regalo para la humanidad. Ese legado consiste en la descripción, en un lenguaje actualizado a nuestra época, de un Camino que conduce al descubrimiento del misterio del Alma humana. El hombre moderno, imbuido como está en una cosmovisión utilitaria, materialista, consumista y desacralizada, consecuencia de una escisión y un desarraigo del centro de su Ser, se encuentra perdido, como un barco a la deriva. Ese alejamiento de su Alma, de la fuente de la verdadera Vida, lo ha convertido en un ser desalmado, falto de conciencia e inanimado. La actual adoración al dios de la razón, a través de la entronización de la Ciencia como una nueva Iglesia, convirtiendo a los científicos en unos nuevos sumos sacerdotes, es una señal indicativa del mito genésico en que está inmerso el hombre. La falaz idea que defiende el paradigma de la modernidad, para quien el desarrollo tecnológico ilimitado es fuente de bienestar y de evolución, muy propia del mito del progreso, ha demostrado con creces cuán peligroso resulta semejante pretensión. El nihilismo, la muerte de toda divinidad, que no sea el encumbrado ego racional del ser humano, nos ha conducido al vacío existencial que muy certeramente apuntó el psiquiatra Victor Frankl, y que ya anunciara Nietzsche hace más de un siglo. Así, en este sueño, vemos reflejado cuál es el verdadero mensaje que entraña La Hermandad de los Iniciados, al desvelar que, iniciado el camino de regreso al paraíso perdido de nuestra interioridad por Jung, todos aquellos que hemos seguido su legado nos dirigimos hacia las profundidades de nuestra Alma y escuchamos la voz del Espíritu, cada cual a su manera particular, individual y única. Así, esta obra, como viene simbolizado en el sueño, es la piedra en la que el autor ha tallado su peregrinaje por el Alma, desde el 2004 hasta el 2010, con el sello de su estilo personal y en un lenguaje adaptado a la época y al tiempo en que ha sido alumbrado."
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