El punto de partida del libro es la crisis económica de 2008. Dicha crisis ha hecho que nos replanteemos nuestras ideas sobre los mercados y la globalización. Pankaj Ghemawat formula dos preguntas al respeto: "¿Las propuestas sobre las ventajas de la integración de los mercados sobreviven a la realidad de los fallos del mercado?" y "¿o tal vez estaríamos mejor si retrocediéramos, en vez de avanzar en la integración, con el fin de tratar nuestros problemas a una escala más pequeña y manejable?" A su juicio, la discusión sobre la globalización y los mercados parece haber fracasado. Los políticos no han ayudado a la hora de plantear estas cuestiones a la población. Pankaj Ghemawat opta por volver a plantear el debate, incorporando las preocupaciones "reales y cree una base más amplia, más profunda y más sólida" para una mayor apertura de la población a estas cuestiones.
El libro tiene dos objetivos fundamentales. El primero, pretende analizar estas dos cuestiones que hemos formulados anteriormente, es decir, sobre los mercados y la globalización, de manera que se avance en la construcción de un "mundo mejor" y no "en derribar el mundo que ya existe." El segundo, invita al lector a revisar sus puntos de vista sobre la globalización.
¿Cómo va a hacerlo? Primero, contraponiendo intuiciones o miedos con datos: ¿sabemos hasta qué punto, en el mundo en que vivimos, traspasan fronteras realmente los productos y servicios, los resultados de capital, los canales de información y las personas? Sin esta información no podemos saber si hay que ampliar o reducir la integración de los mercados. Segundo, ir más allá de la economía, incorporando otras disciplinas para defender mejor nuestras convicciones. Tercero, mejorar la política y su discurso. La discusión sobre la globalización está asociada a la regulación: la idea de que una mayor globalización va de la mano de la desregulación y viceversa. La proposición es "un todo o un nada" entre globalización y regulación.
Para acabar, una última reflexión de Pankaj Ghemawat con la que concluye el prólogo: "los políticos inteligentes deben empujarnos hacia la dirección correcta, pero si cambiamos nuestra mentalidad podremos llegar todavía más lejos. Y una crisis puede ser la mejor ocasión para apartarnos de la rutina del pensamiento tradicional."