Promesas

Publicado el 27 enero 2014 por Cspeinado @CSPeinado

Foto CSPeinado. A vuestra Salud!!

Hace algo más de un año, volcándo el 2012 sus últimos suspiros, me hice una serie de propósitos a efectuar con el nuevo año... Al final, cómo si alguna suerte de mano imposible me soltara el bofetón de rigor para regresar a la realidad, me dejé caer en la desidia y dichos propósitos quedaron en el tintero de las cosas por hacer que no en las cosas que no iba, definitivamente a hacer. El dos mil trece ha sido con ello prolijo en reajustes en mi vida de forma directamente proporcional a mi desgana por aporrear tecla para rellenar el blog. Y es que el hombre propone y Dios o el destino dispone. Durante el pasado año no sólo me vi en la tesitura, que no crean ustedes, me costó más de un quebranto, de abandonar a su suerte el blog sino que comencé un vertiginoso camino en pos de, no ya cumplir expectativas, sino de, al menos no dejarme por el camino las ya llevadas a cabo en tiempos pretéritos pero inmediatamente próximos.
Nuevo Año.
Con el advenimiento del nuevo año, no sólo nos vemos poco inclinados a cumplir promesas efectuadas en el viejo, sino también comprobamos el tener más predisposición a buscar excusas para desdecirnos de lo jurado y perjurado que haríamos tras el ascenso de la bola del carillón de Sol la última noche del año. Es impresionante ver cómo en todo mortal el Donde dije digo digo Diego se aplica de las más variadas y profundas formas sin apenas vegüenza, reparo ni cargo de conciencia. En mi caso ello me ha ido pesando durante todas las calendas del finiquitado hasta el punto de que, al menos en un par de ocasiones, intenté reiniciarme cómo blogger sin demasiada suerte. Al final nada de nada, el vivo al bollo y el muerto al hoyo y si te he visto no me acuerdo. La carrerilla que cogí con fuerza en aquellos dos años antes del pasado se difuminó con fuerza en los albores del siguientes manteniendose la inacción hasta el presente.
Y es que ser blogger, cómo todo en la vida, necesita, a parte de tiempo, una gran afición. Tener muy definido a que se va a dedicar el blog, cómo se ha de enfocar y el público al que se va a dirigir. Precisa constancia, esfuerzo y frescura y, siendo sincero, no siempre está uno con ganas de darle, con ganas de dedicarle más tiempo de la cuenta y mucho menos con la cabeza en los términos de funcionamiento que requiere el hecho práctico de escribir artículos originales, que no suenen o huelan a refrito y que sean bien acogidos por el respetable. Eso es lo que en términos absolutos te hace ir decayéndo cómo escritor hasta el punto de no saber si vas o si vienes o si por el camino te entretienes. Mucho más sabiendo que tu blog vive de los comentarios de los que te visitan y los que te visitan esperan un trato recíproco que, por ende, requiere algo más de tiempo de lo que inicialmente preveías el poder dedicarle en términos absolutos, a la bitácora...
Nuevo cuño.
Es lo que quiero meter en el blog, algo que me llene, que os llene y que no me haga enviarlo a la pora antes de mediar febrero. Con la ilusión que me haría el poder crear un blog de bandera, buque insignia de alguna de las grandes causas a defender, me veo en la tesitura de ir rellenando entradas con mis más íntimos pensamientos y deseos en la confianza de poder hacerlos crecer en la medida de lo posible. El caso es que cómo todo dependerá del tiempo que le pueda dedicarle a ésto, mucho más pormenorizado que el que le dedicaba hace un par de años, me veo en la obligación de pedir disculpas por adelantado si mis ausencias son importantes durante periodos de tiempo más o menos dilatados. Una cosa es querer y otra cosa que te dejen. Se que no hay excusa y que tampoco hay que hacer el esfuerzo diario pero es que uno es así de cazurro.