Si el padrino es una de las grandes películas de la mafia, "Promesas del este" no se queda atrás y quizás para mi, al igual que "Muerte en las flores", la supera. David Cronenberg, el director de la violencia y lo grotesco, el director que sólo puede entenderse desde los siete pecados capitales o desde la escatología, nos en Promesas del este, el fil más crudo, sangriento y tenaz de la mafia rusa.La narración se va amarrando con tal rigor y con tal propiedad cinematográfica que es imposible escapar al pavor, al odio, a la venganza. En este película encontramos una lucha interna de poderes emocionales, somos testigos de una muerte, de mensajes cifrados y sobre todo de los rituales más sanguinarios.Viggo Mortensen y Vincent Cassel hacen unos papelazos, no hay sobreactuación más bien entrega total a los personajes. Por un lado tenemos una indefinida humanidad creada por un borrachín y al parecer escondido homosexual Vincent Cassel que es bien comprendido por su amigo y enemigo Viggo Mortensen quién se lleva las mejores escenas.Toda la película es un impacto que no podría darse de otra forma tan bella sin la banda sonora creada por Howard Shore; con promesas del este me pasó lo mismo que con "Requiem por un sueño", "Southland tales", "Eternal sunshine" y "Perfect Sense" de las cuales guardo todavía toda la música.Promesas del este es tatuajes de poder, cuchillos que degollan, cigarrillos apagados en la lengua, es el tráfico de putas, el río de los muertos.